Un enfrentamiento entre reclusos en una cárcel en la localidad de Manaos, norte de Brasil, dejó un saldo de 15 muertos, informó la autoridad penitenciaria regional. La pelea se produjo en dos pabellones durante el horario de visitas, en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj), a 28 kilómetros de la capital de Amazonas, según el detalle de la Secretaría del Estado de Administración Penitenciaria de la región.

De acuerdo al diario local 'O Globo', el incidente tuvo lugar durante la hora de visitas de los familiares de los presos. El secretario de la Administración Penitenciaria de Amazonas, Marcus Vinícius, aseveró que este tipo de peleas "están prohibidas por las reglas del mundo criminal".

"Fue una pelea entre los reclusos. Nunca se habían registrado muertes durante las visitas. Fue la primera vez que ocurrió, es algo poco común. Algunos murieron dentro de la celda con las rejas cerradas", dijo en una rueda de prensa el coronel Marcos Vinicius Almeida, titular del despacho regional.

NO HUBO FUGAS DE PRESOS

"Algunas muertes ocurrieron por asfixia y otras por perforaciones con el uso de estoque como cepillo de dientes", dijo Almeida. El titular del despacho agregó que la situación fue controlada por efectivos de seguridad en cuarenta minutos y que no se produjeron fugas, toma de rehenes ni efectivos heridos o muertos.

Almeida aclaró que fue abierta una investigación para determinar las causas de la pelea y anticipó que como el estado no reconoce el concepto de facciones, el caso está siendo tratado como un enfrentamiento entre internos.

Sin embargo, el secretario de Seguridad Pública de Amazonas, Louismar Bonates, aclaró citado por el diario Folha de S. Paulo, que "hubo en enfrentamiento entre dos grupos organizados dentro del presidio, que tienen conflictos, y aprovecharon el momento de las visitas de familiares para realizar esta acción".

CRISIS CARCELARIA

El coronel Almeida destacó que las autoridades reaccionaron en minutos, lo que impidió una tragedia mayor. Brasil suma la tercera mayor población carcelaria del mundo con 726.712 presos (en 2016), que generalmente viven en condiciones de hacinamiento sórdido y bajo el mando de facciones que se disputan el control del tráfico de drogas y se libran a frecuentes y sangrientos ajustes de cuentas.

Inmediatamente después de ocurrida la tragedia en el Compaj en 2017, otra masacre se produjo en el también estado norteño de Roraima, cobrando la vida de otros 33 reclusos. La crisis carcelaria afecta varias regiones del país. Este año comenzó con una onda de unos 80 ataques a edificios públicos, agencias bancarias, autobuses y gasolineras en el noreste del país en represalia al anuncio de medidas de endurecimiento del control de las cárceles, desde las cuales operan jefes de varias organizaciones de narcotraficantes.