Un día antes de que el Reino Unido pida oficialmente la salida del Reino Unido de la Unión Europea, Escocia dio el primer paso hacia la celebración de un segundo referéndum de independencia. El Parlamento autónomo de Edimburgo aprobó ayer una moción que otorga a la ministra principal, Nicola Sturgeon, el mandato para solicitar al Gobierno británico la convocatoria de un referéndum de independencia para Escocia. La petición fue aprobada por 69 votos del Partido Nacional Escocés, que lidera Sturgeon, y los Verdes, frente a los 59 de conservadores, laboristas y liberales demócratas.

El resultado es un quebradero de cabeza para la primera ministra conservadora, Theresa May, quien ha venido advirtiendo de que bloqueará el referéndum hasta que finalicen las negociaciones del brexit con Bruselas. Pero Sturgeon volvió a retarla cuando anunció que en abril responderá al Gobierno británico si continúa paralizando la convocatoria. «Espero que respete la decisión de este Parlamento», señaló en su alocución en la Cámara autonómica, poco antes de la votación. «Si es así, iniciaré las discusiones de buena fe y con deseo de compromiso. Ahora bien, si se decide lo contrario, retornaré a este Parlamento después de Semana Santa y anunciaré los pasos que dará el Gobierno escocés para hacer avanzar la decisión».

Tras la votación de ayer, Sturgeon enviará una carta a May pidiendo otro referéndum. Si May le diera vía libre, le correspondería al Parlamento de Westminster pronunciarse y decidir en votación si otorga al Ejecutivo escocés los poderes para poner en marcha esa nueva cita en las urnas. Pero la respuesta de May será que no está dispuesta a hablar del asunto por ahora, como dejó claro en su encuentro con Sturgeon el lunes en Glasgow. En esa reunión, May habría asegurado, de acuerdo con la líder escocesa, que el Gobierno británico tendrá claros los términos de la salida de la UE y las líneas generales de su nueva relación con Europa en 18 meses. Ese plazo es compatible con el referéndum que Sturgeon quiere celebrar entre el otoño del 2018 y la primavera del 2019. «Creo que va a ser difícil mantener una oposición racional al referéndum si se cumple el calendario que ella misma ha estipulado», declaró Sturgeon.

El Gobierno británico no puede permitirse divisiones internas. A partir de ahora estará totalmente absorto y volcado en la gigantesca negociación que comienza ahora con los 27 países de la UE. May ha dejado claro que «no es el momento» de embarcarse en una campaña independentista.