En Italia, a día de hoy, sobre una población activa de 23,3 millones de personas, 2,2 millones reciben un cheque de solidaridad (600-800 euros) mientras los que sufren algún tipo de desempleo, 3,9 millones, cobran un porcentaje que varia según el salario de cada uno. Por otro lado, unos 4,4 millones de autónomos cobran un bono de 600 euros mensuales, aumentados a 800 en abril y prorrogables y 480.000 profesionales libres tienen acceso a un sueldo de 480 euros por mes. A fondo perdido, es decir, sin que nada deba ser devuelto.

Mientras la pandemia del coronavirus se ralentiza, la economía está por explotar, afirma Nunzia De Capitale, socióloga de Cáritas, reflejando cuanto han dicho y repetido economistas y centros de análisis en estas semanas. Un escenario de posguerra, lo define Giuseppe De Rita, fundador de Censis, centro que analiza regularmente la sociedad italiana.

Tres días después del comienzo de la desescalada, tras casi 60 días de cierre nacional, se advierte la magnitud del desastre económico-social que la pandemia está dejando. Y lo peor podría estar todavía por llegar, según indican con pesimismo virólogos, economistas y sociólogos, en referencia al choque de un previsto rebrote del virus en otoño, un mazazo sobre una economía ya debilitada. Una premisa que según los historiadores ha llevado siempre a la rebelión.

INGRESOS FAMILIARES

Según el Instituto Nacional de Estadística (Istat), la Asociación Nacional de Productores agrículas (Coldiretti) y Cáritas, desde el 21 de febrero, cuando se oficializó la llegada del coronavirus en Italia, un millón de personas han pasado a ser nuevos pobres. Se añaden a los casi dos millones (1,8) de "pobres absolutos" que ya señalaba Istat en el 2019.

Se considera pobre absoluto" a una familia de dos personas que unos ingresos totales al mes de 700 euros. El umbral de la pobreza o pobre relativo se refiere al mismo modelo pero con un ingreso mensual 990 euros.

Según el centro de análisis del Sur (Svimez), 1,4 millones de ciudadanos han descendido al "umbral de la pobreza" y otros 200.000 se encuentran entre los absolutos. En el ámbito nacional, 10 millones de personas se encuetran en la frontera con la "pobreza absoluta", es decir casi un sexta parte de la población.

Las ayudas que reciben sirven solo par paliar en lo posible la situación. En todos caso, de momento son pocos los que han logrado cobrar la aportación estatal. Para simplificar la ayuda, el Gobierno decidió ingresar el importe directamente en la cuenta del interesado, sobre la base del simple rellenado de un impreso que autocertifica su situación.

AHORROS PRIVADOS

Al principio, algunos bancos se quedaron el importe, aduciendo que el interesado tenía créditos en curso, despropósito que la Asociación Bancaria Nacional (ABI) tuvo que arreglar. Mientras, los ahorros privados, que eran los más altos de la UE y que permitían a Italia seguir adelante, han bajado del 8% al 2,5% desde la anterior crisis financiera del 2008.

Unos 162.000 créditos, sobre un total de 600.000 solicitudes, ya han sido suspendidos en marzo y abril, según ABI, pero algún día deberán serán pagados. Si el virus rebrota y no se consigue enderezar la economía, será difícil volver al pasado.

El Estado paga estas ayudas con dinero recaudado de impuestos, aunque el pago de algunos de ellos han sido retrasado o temporalmente suprimido, lo que supone para Hacienda dejar de percibir unos 26.000 millones de euros, lo que equivale al 5,5% del total de los ingresos fiscales. El resto de ayudas, principalmente a pymes y otras empresas, ha llegado y llegará de la Unión Europea.

El resultado previsto para final de año es que la deuda ascienda a entre un 155%-160% del PIB, inasumible a pesar de que más del 60% de la misma está en manos italianas. Aún así, S&P acaba de rebajar el producto Italia al BBB con 'outlook' negativo y Moodys algo semejante. Es decir respectivamente dos peldaños y uno antes de que la deuda italiana sea considerada como basura. S&P prevé un PIB para final de año de -9,9%, el FMI un -9,1%, la UE un -7% y el Gobierno un -8%.

ESCUELA A DISTANCIA

Por esta razón, Alemania y Francia están buscando la manera de impedir una quiebra del país, a través de las ayudas que ofrece el Mecanismo Europea de Estabilidad (MEDE), que oficialmente, como acordó Bruselas, será sin condiciones (el caso Grecia ha enseñado algo), y que debería de empujar de alguna manera la tercera economía de la UE.

Mientras, los niños de Barra, un barrio de Nápoles, con el 40% de las personas en paro y 800 mil adolescentes sin escuelas superiores, se turnan con los móviles de sus padres para seguir la escuela a distancia y bajarse los deberes. Como el 30% de sus coetáneos de la península, que no dispone de un ordenador o una tablet en casa.

No sorprende, pues, que en el resto de Italia, un país con gran capacidad solidaria, el 24% de los ciudadanos se haya adherido a la compra en suspenso: bolsas de comida ya pagada, dejadas en el súper para quien la necesite. En un país de cafeteros se hace lo mismo con el 'espresso' del bar.