Después de 20 años de unas negociaciones que por momentos parecían no ir a ningún lugar, la Unión Europea cerró un acuerdo de libre comercio con el Mercosur, el bloque suramericano que integran Argentina y Brasil, sus dos principales economías, junto a Uruguay y Paraguay. El intercambio comercial entre la UE y el Mercosur llegó a los 87.600 millones de euros el año pasado. Se espera un flujo mayor a partir de la puesta en marcha del acuerdo que le permitirá a las empresas europeas llegar a un mercado de 260 millones de personas.

En los días previos al anuncio habían circulado rumores de un nuevo traspié, atribuidos a la resistencia francesa a rubricar el acuerdo con un país como Brasil, que amenaza con abandonar el Acuerdo de París contra el cambio climático.

Otras aristas estrictamente económicas parecían poner en peligro los avances realizados. En ese contexto, España encabezó los esfuerzos por evitar una nueva frustración. A través de una carta compartida por Alemania, Holanda, Portugal, Suecia, República Checa y Lituania se le recordó al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que, en medio de una «creciente amenaza» del proteccionismo y «otros factores geopolíticos» que debilitan el comercio mundial, la UE tenía «una oportunidad histórica» de cerrar uno de sus acuerdos «más importantes».

La misiva daba cuenta de lo que se ponía en juego ante una eventual nueva demora: «Estamos en una encrucijada. La UE no puede ceder ante el argumento populista sobre la política comercial, un área en la que sus logros son innegables. Debemos aprovechar el impulso político actual en Mercosur y no dejar que se cierre su ventana de oportunidad».

El pacto terminó por definirse en Bruselas en los tiempos necesarios para que pudiera ser anunciado en el marco de la cumbre del G-20 que se celebra en Osaka, Japón, y en la cual participan, además de Pedro Sánchez y Angela Merkel, los presidentes de Argentina y Brasil, Mauricio Macri y Jair Bolsonaro.

La Unión Europea tiene una población de 510 millones de personas, cerca del doble de la que vive en los países que componen el bloque sudamericano forjado en 1991 y del cual fue suspendido Venezuela hace dos años por motivos políticos.

Durante el 2018, la UE exportó al Mercosur bienes por un valor de 45.000 millones de euros e importó por valor de 42.700 millones, en especial productos agropecuarios. Desde los países de esta región, por su parte, se envía casi el 80% de las carnes que consumen los europeos. Los defensores del acuerdo aseguran que se han desatado nudos que permitirán un crecimiento beneficioso para ambas partes. La UE abrirá casi la totalidad de su comercio. En el caso del Mercosur, la apertura será del 90%.

SE ELIMINARÁN ARANCELES / Las firmas europeas ya no tendrán que pagar unos 4.000 millones en aranceles. Según se informó también, la UE liberalizará el 99% de las importaciones agrícolas. Ese fue el tema más espinoso de las negociaciones, en particular por las aprensiones de algunos europeos como Francia, Polonia e Irlanda, temerosos del impacto de la apertura en sus sectores agropecuarios.

A la vez se eliminarán los aranceles del 81,7% de los productos que importan los países del Mercosur. En cuanto al 17,7% restantes se informó de que habrá cuotas o preferencias fijas. Gracias al acuerdo, el Mercosur ha obtenido plazos de hasta 15 años para liberalizar sectores sensibles de sus economías.