El Régimen de Bashar el Asad y su aliado, Rusia, han continuado bombardeando este viernes la región de Guta. En esta zona, desde el pasado domingo, se viven las jornadas más mortíferas desde que empezó la guerra en el 2011. En cinco días, 434 civiles —de los cuales 150 son niños— han muerto a causa de las bombas, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos (OSDH). De momento este viernes ha habido nueve muertos.

Esta organización, que cuenta con equipos de informadores en la zona, asegura que hay más de 2.000 heridos. Su situación es desesperada: cercada por las tropas de Asad, sin hospitales operativos ni medicamentos disponibles, los heridos de gravedad también acaban muriendo. "La cifra de muertos subirá. Hay muchos heridos críticos y gente atrapada debajo de la ruina", ha señalado el OSDH.

Para parar este "infierno", como lo ven sus habitantes, el Consejo de Seguridad de la ONU vota este viernes una resolución que pide una tregua humanitaria de 30 días con el fin de que se puedan entregar alimentos y medicinas a la población de Guta.

Sin Al Qaeda ni el EI

El texto ha sido propuesto por Suecia y Kuwait, e incluye a todos los grupos armados menos el Estado Islámico y Al Qaeda. A ellos aún se los podrá atacar. "Ya es hora que paremos los bombardeos horribles sobre Guta. El alto el fuego debe continuar con la evacuación inmediata de los enfermos y heridos", ha afirmado este viernes el enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.

Son pocos, sin embargo, los optimistas que creen que el texto será aprobado. Rusia, aliada de Asad y que colabora en los bombardeos sobre Guta, tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad. Sin su aprobación no habrá resolución.

Rusia, de hecho, asegura que, en Guta, su aviación solo ataca posiciones de Al Qaeda y que, a causa de sus bombardeos, no están muriendo apenas civiles. Pero las oenegés internacionales con presencia en la zona y los habitantes del lugar aseguran lo contrario: los atacantes, dicen, lo bombardean todo.

"Todo esto no tiene sentido. Asad y Rusia consideran que todo el mundo que está en Guta es de Al Qaeda o amiga de Al Qaeda. Aunque la ONU impusiese el alto el fuego, ellos seguirán bombardeándonos», dice a EL PERIÓDICO Fidas, habitante de Guta. Este joven perdió su casa en un bombardeo hace tres semanas. Entonces, explica, se separó de sus padres, a los que ya no ha visto más: apenas se atreve a salir, por miedo a las bombas, del sitio donde se esconde.

Cinco años de cerco

Guta este, situada a pocos kilómetros de la capital siria, es la única región dentro de la provincia de Damasco bajo control rebelde. La zona ha estado sitiada por las fuerzas de Asad desde el 2013: el flujo normal de comida y medicinas ha estado parado desde entonces.

A inicios del 2018, Asad intensificó los bombardeos sobre Guta mientras la rodeaba con soldados. Desde el 1 de enero, en Guta este, según el OSDH, han muerto más de 1.000 civiles. En las próximas semanas se espera que se inicie la fase de invasión terrestre de la ofensiva sobre la región. Con ella, Asad espera conquistar Guta, en manos opositoras desde el inicio de la revuelta.