Cuando la UE y los países de Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- comenzaron a negociar un acuerdo de libre comercio no existía el euro. Veinte años después las negociaciones podrían estar en su recta final y lo hacen con división de posiciones entre los estados miembros. Ocho países, liderados por el Gobierno de Pedro Sánchez, han remitido una carta al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, urgiendo a Bruselas a aprovechar el impulso político y a no dejar que «la ventana de oportunidad» se cierre.

Además de Sánchez, la misiva la firman la cancillera alemana Angela Merkel, el primer ministro holandés, Mark Rutte, el portugués Antonio Costa, el checo Andrej Babis, el letón Krisjanis Karins y el sueco Stefan Löfven. Todos ellos advierten al Ejecutivo comunitario, quien tiene la potestad de negociar acuerdos comerciales en nombre de la UE, que es una «oportunidad histórica» para terminar un acuerdo con un bloque que suma más de 260 millones de consumidores potenciales.

«No solo es importante para la UE y la economía de sus estados miembros, es también un acuerdo clave para el sistema multilateral como tal», aseguran. Los ocho líderes europeos entienden que el pacto sería muy beneficioso para la industria automovilística, de maquinaria, industria química o farmacéutica y admiten que habrá que hacer algunas concesiones. «La UE no puede permitirse ceder ante los argumentos populistas y proteccionistas en materia de política comercial», insisten.