El pueblo argelino planta cara al poder. Miles de personas, desde el pasado viernes, están protagonizando protestas en las calles contra el quinto mandato del presidente del país, el enfermo Abdelaziz Buteflika, de 81 años, quien ayer fue trasladado a Suiza para someterse a «chequeos médicos», según anunció la agencia estatal de noticias APS. Un ictus cerebral dejó a Buteflika postrado en una silla de ruedas en el 2013 y desde entonces apenas puede moverse y tampoco hablar. Su sucesión abre una caja de Pandora entre las élites y el control del poder económico.

Desde que se anunció la candidatura de Buteflika para las próximas elecciones presidenciales del 18 de abril, las redes sociales en Argelia y en la diáspora europea movilizan virtualmente las manifestaciones que han terminado durante el fin de semana en las calles de diferentes regiones del país.

Esto supone un nuevo hito en la historia de las movilizaciones sociales en Argelia que no se producía desde la llamada primavera árabe, casi inapreciable en este país por la represión, entonces, de las fuerzas del orden, que detuvieron a más de mil personas.

LUCHA DE LOS JÓVENES / Más de ocho años después, bajo eslóganes como «poder asesino», «Argelia, libertad y democracia» o «Buteflika, no al quinto mandato», los jóvenes argelinos rompen con el muro del miedo y retornan a la calle con sólidos argumentos que han despertado la indignación de todas la capas sociales. «Presentar a las elecciones a un hombre enfermo, al borde de la muerte, es una manera de perpetuar el régimen, lo que significa un acto de gravedad porque condena a los argelinos a la desesperación y alimenta el deseo de los jóvenes de emigrar», manifestó Sufian Yilali, el secretario general de la plataforma Muwatana (Ciudadanía) y líder de las protestas. Como cabeza visible de las movilizaciones, Yilali fue arrestado ayer. En total, ya han sido 41 las personas detenidas.