La Policía neozelandesa dijo hoy que tardó 36 minutos en detener a Brenton Tarrant, el asaltante de las dos mezquitas de Christchurch, tras recibir el aviso del ataque que causó 49 muertos y 48 heridos.

"Llegamos a la escena en las mezquitas bastante antes. (Los 36 minutos) fue el tiempo desde el aviso inicial del incidente hasta que tuvimos al sospechoso bajo custodia", dijo en rueda de prensa el comisionado de la Policía, Mike Bush.

El jefe policial atendió a la prensa después de que Tarrant, australiano de 28 años, compareciera ante un tribunal de Chirstchurch, con grilletes en las manos y pies, y haciendo gestos propios de grupos supremacistas blancos.

Otras dos personas permanecen bajo custodia mientras son investigadas por la Policía neozelandesa, que según el comisionado cuenta con la colaboración de las agencias de seguridad e inteligencia australianas.

Bush indicó que de momento la Policía no busca a ningún sospechoso más por los atentados del viernes, aunque precisó que "esto no significa que no los haya".

"No tengo información de inteligencia sobre una inminente amenaza pero no asumiría nunca nada en una situación como esta", subrayó el comisionado, que reiteró que la Policía no tenía fichado al atacante y aseguró que este no tenía antecedentes.

"Hasta este momento esta persona no nos era conocida. No era alguien de interés para ninguna jurisdicción", señaló.

El atacante retransmitió en directo durante 17 minutos a través de Facebook la matanza en una de las mezquitas, donde se pudo ver cómo disparaba a bocajarro contra numerosas personas y cambiaba varias veces el cargador de su arma automática.