“Motivos personales y cansancio del largo viaje”. Pepe Mujica ha esgrimido esas razones para abandonar el escañó en el Senado y, de hecho, la política activa en Uruguay. Exguerrillero tupamaro, expreso político emblemático y expresidente, Mujica ha decidido a los 83 años considerarse un pensionista a medias.

“Mi mente funciona, no puedo renunciar a la solidaridad y a la lucha de ideas”, ha señalado en una carta. La misiva ha sido remitida a la presidenta del Senado y mujer de Mujica, Lucía Topolansky. El escaño quedará en manos de Andrés Besterreche, un exministro de Ganadería de la coalición de izquierdas Frente Amplio (FA) que gobierna desde 2005 ese país. Por cierto que el expresidente renuncia a la pensión que le corresponde como exsenador.

El Uruguay contemporáneo no puede por ahora imaginarse sin la presencia de Mujica. “Él va a seguir haciendo política desde otro lugar, y en ese sentido, nosotros la votamos convencidos de que está en su derecho de tomar esta determinación”, ha dicho la senadora del FA, Daniela Payssé, durante la sesión en la Cámara Alta de la Asamblea General. Payssé ha descrito a Mújica como un “libertario” que seguirá “trasmitiendo esa cosa que tiene de filósofo y de político” desde otro lugar.

El senador Fernando de León, de la misma coalición, ha definido al expresidente como “un referente de la izquierda mundial” y ha dicho que más allá de dar por cerrada su actividad legislativa, seguramente seguirá “hablando con la gente en los barrios, los pueblos y las ciudades”.

BANDA PRESIDENCIAL

Pepe, como lo suelen llamar amigos y adversarios, asumió el cargo de senador el 2 de marzo del 2015, menos de 24 horas después de pasarle la banda presidencial a Tabaré Vázquez. Desde momento avisó a sus partidarios que no concluiría su período legislativo.

De alguna manera, Mujica no se sentía vital dentro de los límites que imponen los rituales parlamentarios. “Cuando no tengo nada que hacer me voy para el Senado, pero cuando tengo que trabajar de verdad, voy a labrar la tierra”, llegó a decir en enero pasado en tono provocador.

Mujica prefería viajar, dar charlas a lo largo y ancho del mundo a “los proletarios del futuro”, o presentar su biografía 'Una oveja negra al poder', escrita por los periodistas Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz. De los primeros 653 días de actuación parlamentaria Mújica se tomó 147 días de licencia.

MOMENTOS DE PROTAGONISMO

No le faltaron, sin embargo, momentos de protagonismo. Como recordó la prensa uruguaya, el exmandatario se enfrentó con el presidente Vázquez a raíz de la ley que regulaba el mercado de la marihuana. Pepe había impulsado esa histórica legalización del consumo y parte de la producción durante su Gobierno, pero Vázquez nunca simpatizó con la idea de vender cannabis en las farmacias.

En estos últimos meses, Mujica ha dado claras muestras de cómo observa la situación regional. Primero, con sus señalamientos al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y más recientemente, al nicaragüense Daniel Ortega. “Un sueño se desvía, hay una autocracia. Perdieron el sentido de la vida quienes ayer fueron revolucionarios”, dijo sobre los sandinistas que poco y nada tienen de aquellos insurgentes de 1979.