Maksim Borodin, un periodista ruso de investigación de Yekaterinburgo (Urales) que había publicado numerosos reportajes sobre la corrupción, y más recientemente, sobre las bajas de mercenarios rusos en Siria, ha muerto el pasado domingo como consecuencia de las heridas sufridas al caer por la ventana del apartamento en que vivía, sito en un quinto piso.

La policía local considera su fallecimiento un acto de suicidio, ya que la puerta de entrada de su piso estaba bloqueada desde el interior y no se ha identificado ningún acceso forzado. Sin embargo, Polina Rumyantseva, redactora jefe de 'Novy Den', la publicación en la que trabajaba, ha declarado que no creían en la versión oficial.

Presencia de fuerzas de seguridad

Borodin contactó el día antes de su muerte con su amigo Vyacheslav Bashkov para explicarle que su edificio estaba rodeado de miembros de las fuerzas de seguridad vestidos de camuflaje y con la cara cubierta con máscaras, y que creía que su apartamento iba a ser registrado, por lo que le pedía que le buscara un abogado. Poco después, Borodin volvió a llamar para decir que se trataba de una falsa alarma.