Una niña de 10 años de edad del centro de Somalia ha muerto tras someterse a la mutilación genital femenina (MFF), lo que ha provocado llamadas de activistas para criminalizar la práctica condenada internacionalmente en un país con las tasas más altas del mundo de mutilaciones. La niña fue llevada por su madre a un circuncidador tradicional el 14 de julio. El procedimiento la dejó sangrando y murió en el hospital debido a una hemorragia dos días después. "Se sospecha que el circuncisor cortó una vena importante en el curso de la operación", dijo Hawa Aden Mohamed, directora del Centro de Educación para la Paz y el Desarrollo Galkayo (GECPD), un grupo local de derechos de la mujer.

"La mujer que realizó la operación no ha sido arrestada, pero incluso si lo fuera, no hay ninguna ley que garantice que sea castigada por el acto. Este es solo uno entre muchos casos que ocurren a diario en Somalia". Se estima que 200 millones de niñas y mujeres en todo el mundo han sufrido mutilación genital femenina, que generalmente implica la extirpación parcial o total de los genitales femeninos y puede causar una serie de problemas de salud graves, según las Naciones Unidas.

El antiguo ritual, practicado en al menos 27 países africanos y en partes de Asia y Medio Oriente, generalmente lo llevan a cabo los cortadores tradicionales, a menudo utilizando hojas o cuchillos no esterilizados. Los expertos en salud dicen que la MGF puede causar complicaciones fatales en el parto más adelante en la vida. En algunos casos, las niñas pueden sangrar hasta la muerte o morir de infecciones después del procedimiento, aunque está escondido dentro de las comunidades y rara vez se informa. Situada en el este de África y preocupada por décadas de guerra civil, Somalia tiene las tasas más altas de mutilación genital femenina. Según la ONU, el 98 por ciento de las mujeres entre 15 y 49 años han sido sometidas al ritual.

Mayor tasa de mutilaciones

Situada en el este de África y asolada por décadas de guerra civil, Somalia tiene las tasas más altas de mutilación genital femenina. Según la ONU, el 98% de las mujeres entre 15 y 49 años han sido sometidas al ritual. La constitución de Somalia prohíbe la mutilación genital femenina, pero los esfuerzos por aprobar leyes para castigar a los delincuentes han quedado estancados por los parlamentarios que temen perder poderosos bancos de votación musulmanes que apoyan la mutilación genital femenina y la ven como parte de su tradición.

Los activistas dicen que se necesita mucho trabajo para ayudar a las personas a comprender los efectos nocivos de la mutilación genital femenina, y penalizar la práctica podría actuar como un fuerte elemento de disuasión. "Los grupos de presión pro FGM a veces defienden la absurda opinión de que no es dañino, lo cual es completamente falso", ha señalado Brendan Wynne de Donor Direct Action, un grupo internacional de mujeres que ayuda a financiar organizaciones benéficas de base. "No tenemos más tiempo para debatir sobre los daños de la mutilación genital femenina y este caso, como muchos otros, lo demuestra. La MGF solo terminará cuando los gobiernos tomen una línea dura y protejan a las niñas en riesgo".