Tras nueve meses de ofensiva terrestre y aérea, el Ejército iraquí, apoyado por la alianza dirigida por Estados Unidos, ha logrado derrotar al Estado Islámico (EI) en Mosul, ciudad bastión de los yihadistas a lo largo de los últimos tres años en Irak. En Mosul, el líder de los yihadistas, Abú Bakr al Baghdadi, proclamó en julio del 2014 el califato. La reconquista de Mosul, la segunda ciudad más grande del país árabe, ha costado la vida a miles de civiles y la huida de la localidad de más de un millón de personas. Destrucción y muerte y un futuro incierto y lleno de incógnitas en lo que es tan solo una pieza del complejo tablero bélico de Oriente Próximo.

El primer ministro iraquí, el chií Haidar al Abadi, vestido con uniforme de campaña de color negro, entró pletórico ayer por la mañana en la ciudad «liberada», según un comunicado hecho público por el Gobierno de Bagdad. El jefe del Ejecutivo felicitó a «los combatientes heroicos y al pueblo iraquí por la gran victoria lograda».

RESISTENCIA YIHADISTA / A pesar del mensaje del primer ministro, todavía se sigue combatiendo en algunas calles de la ciudad vieja de Mosul -en concreto en la zona conocida como Al Qaliyat- que se había convertido en el último centro de resistencia de los yihadistas. A lo largo de los nueve meses de lucha, las tropas iraquíes, apoyadas por milicias y por el ejército kurdo de los peshmerga, fueron cerrando poco a poco el cerco a los combatientes del EI. Primero, el pasado mes de enero, lograron expulsarlos del este de la ciudad hasta acorralarlos en la parte vieja, un laberinto de estrechas calles que han debido de ser reconquistadas casa a casa a base de numerosas bajas por ambos lados. Fuentes del Departamento de Defensa de EEUU estiman que la gran ofensiva ha hecho que las fuerzas de élite antiterroristas iraquíes hayan perdido al 40% de sus efectivos. A pesar de que la propaganda de los yihadistas anunció una resistencia numantina y que «lucharían hasta la muerte», medios del Ejército iraquí han dicho que abatieron al menos a una treintena de combatientes del Estado Islámico que intentaban huir del lugar de la batalla a nado por el río Tigris, que divide en dos la ciudad.

CIVILES MUERTOS / Los extremistas difundieron un comunicado, a través de la agencia de noticias afín Amaq, en el que aseguran que los bombardeos aéreos de la coalición sobre la ciudad vieja a lo largo de estos dos últimos días han acabado con la vida de más de cien civiles.

Bagdad ha acusado en numerosas ocasiones a los yihadistas de asesinar a los civiles que han intentado huir de la ciudad o de utilizarlos como escudos humanos. Con la pérdida de Mosul, las zonas que controlan ahora los yihadistas de la provincia de Nínive se limitan a Tal Afer y tres ciudades más y algunas áreas principalmente rurales y desérticas donde viven decena de miles de personas.

También disfrutan todavía de capacidad de fuego artillero para bombardear áreas controladas por las fuerzas gubernamentales y de llevar a cabo atentados suicidas. En todo caso, para los combatientes del Estado islámico, la pérdida de Mosul supone un duro revés moral por la gran importancia simbólica que tenía para ellos esta ciudad. Fue desde la mezquita medieval de Al Nuri de Mosul que el líder de los yihadistas proclamó el 14 de julio del 2014 el califato, que incluía la parte de Irak que dominaban los extremistas y la de Siria, país donde también están perdiendo terreno a marchas forzadas. De hecho, la otra gran ciudad símbolo de los yihadistas, la siria Raqqa, está también cercada y sufre un asedio y ofensiva similar al de Mosul.

Las secuelas sobre la población de Mosul tras tres años bajo el poder de los extremistas y los últimos meses de ofensiva pueden ser devastadores, según han advertido los expecialistas. Save the Children, por ejemplo, ha mostrado su preocupación por el impacto psicológico en los niños «atormentados por recuerdos de violencia extrema o de seres queridos muertos delante de ellos», dijo a la BBC Ana Locsin, directora en Irak de la oenegé. «Para que los niños y sus familias procesen estos horrores y reconstruyan sus vidas, el apoyo psicológico será absolutamente crucial», añadió.