El intento de envenenamiento del exagente ruso Serguéi Skripal y su hija pesará como una losa cuando el balón comience a rodar en los estadios de Rusia el próximo mes de junio. Moscú ha reaccionado airadamente este jueves a las declaraciones del ministro de Exteriores británico , Borís Johnson, quien comparó la inminente Copa del Mundo de fútbol con la celebración de los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín, que sirvieron de plataforma propagandística para el régimen nazi de Adolf Hitler.

"Es sin duda insultante e inaceptable", ha declarado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. "Es una declaración repugnante; no es digna del ministro de Asuntos Exteriores (de Gran Bretaña) o de ningún otro país", ha continuado.

Tentativa de asesinato

Lo que si parece meridianamente claro ya es que la tentativa de asesinato del exespía servirá de enconado trasfondo político durate el campeonato,que tendrá lugar entre junio y julio, y reducirá las posibilidades del Kremlin de utilizar el cita mundialista para rehabilitar su imagen en el mundo. Entre las medidas de represalia adoptadas por Londres se halla la ausencia en los estadios rusos de miembros de la familia real o del Gobierno británico, lo que también ha sido respondido de inmediato por la parte rusa.

"Creo que nuestros colegas y socios solo se están castigando así mismos, y todo esto no tiene ningún sentido", ha asegurado Dmitri Dvorkovich, viceprimer ministro de Rusia y presidente del comité organizador. "Nuestro país es muy hospitalario y esperamos a todos aquí", ha continuado.