En medio de una crisis política y social, donde se han documentado abusos en contra de la sociedad civil y cientos de asesinatos, Nicaragua ordenó la expulsión inmediata de una misión de observadores de las Naciones Unidas tras publicarse un informe del organismo, que acusó al gobierno de Daniel Ortega de cometer graves violaciones a derechos humanos en contra de sus detractores y enemigos políticos.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dijo en un comunicado que lamenta la decisión de Nicaragua de dar por concluida la invitación hecha a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (OACNUDH). Sin embargo, dijo que seguirá trabajando con ella en el monitoreo y la promoción de derechos humanos en el país.

La ONU también dijo en un comunicado que seguirá monitoreando la situación de derechos humanos en Nicaragua, apoyando a víctimas y sus familiares, cooperando con organismos regionales de derechos humanos y con la comunidad internacional.

(El informe) representa una herramienta valiosa que se espera pueda ser aprovechada plenamente no solo para la superación de la crisis actual sino también para fortalecer las instituciones y el estado de derecho en el mediano plazo, precisó el organismo.

La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó, a principios de agosto la creación de un grupo de trabajo para buscar una solución pacífica a la violencia en Nicaragua, que desde abril ha cobrado la vida de más de 300 personas y dejado cientos de heridos.

EXPULSAN A LA COMISIÓN

Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua informó a la Oficina Regional para América Central del Alto Comisionado de Naciones Unidas, que daba por concluida su visita porque se había logrado el desmantelamiento de bloqueos de carreteras y calles que motivó su presencia.

Considerando que han cesado las razones, causas y condiciones que dieron origen a dicha invitación, este Ministerio comunica que da por concluida la invitación y finalizado la visita a partir del 30 de agosto, dijo en un documento.

Pero para Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, esta es la más impensada decisión del gobierno de expulsar a la comisión que invitada por ellos, estaba aquí en representación de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas.

LA LUCHA POR LAS ACUSACIONES

Presionado por las fuertes críticas a la dura represión de protestas que comenzaron en abril en contra de una propuesta de reducción de beneficios para pensionados, el presidente Daniel Ortega invitó a finales del mes pasado a la ONU como observador.

Pero tras darse a conocer el informe del organismo, en el que se daba cuenta de violaciones, tortura, uso desproporcionado de la fuerza, asesinatos extrajudiciales, desapariciones, entre otros agravios, el mandatario cuestionó el informe.

Nadie quiere a organismos internacionales porque se convierten en instrumentos de los poderosos, de los que imponen sus polémicas de muerte sobre los pueblos del planeta Tierra, dijo Ortega antes de que su gobierno expulsó a la misión de la ONU.