La cancillera de Alemania, Angela Merkel, se ha pronunciado este jueves con dureza sobre la crisis en Ucrania. Y lo ha hecho en el Parlamento germano para advertir a Rusia de "graves repercusiones" si no rectifica en lo que respecta a la península ucraniana de Crimea. Merkel ha subrayado que la "intervención militar no es una opción".

"Si Rusia continúa con la actitud de las últimas semanas, no solo será una catástrofe para Ucrania, sino especialmente para Rusia, tanto a nivel económico como político", ha subrayado la cancillera en alusión a nuevas sanciones a las que se enfrenta Moscú y que serán discutidas el lunes por los ministros de Exteriores de la Unión Europea.

"Nadie quiere llegar a tales medidas, pero estamos listos y decididos a aplicarlas si es necesario", ha insistido la cancillera. "Dañará y gravemente a Rusia, tanto desde el punto político como económico", ha reiterado antes de instar a Vladimir Putin a abordar esta crisis con "principios y métodos" del siglo XXI y no del siglo XIX. Así, ha señalado que "no podemos ir hacia atrás" y ha reclamado a Putin que aprenda de los errores del pasado en un año en que se recuerda el centenario del inicio de la primera guerra mundial.

Diálogo, ayuda y sanciones

En este sentido, Merkel ha rechazado la opción militar para hacer frente a la crisis de Crimea, que este domingo tiene previsto votar en referendo su anexión a Rusia; una consulta que la comunidad internacional considera ilegal. "Una cosa es clara: la intervención militar no es una opción", ha dicho tras apostar por una triple vía: "diálogo, ayudas y sanciones". "Para resolver la crisis necesitaremos un largo aliento, pero tenemos que enfrentarla con entereza porque se trata de la defensa de la integridad de un país europeo", ha argumentado.

Ha planteado, en línea con lo que habló con Barack Obama la semana pasada, la creación de un grupo de contacto internacional en el que sea posible un diálogo directo entre Moscú y Kiev y en el que "todos los temas" estén sobre la mesa, también el derecho a la autonomía de Crimea y la protección de las diferentes lenguas, aunque no la independencia de esa región.