Un motín en el Centro de Coordinación Policial José Antonio Páez, en el estado de Portuguesa, a 420 kilómetros de Caracas, ha concluido con 23 presos muertos y 14 oficiales heridos, de acuerdo con el diario El Nacional. Durante la mañana, en horario venezolano se produjo un enfrentamiento tras una protesta de un grupo de reos por motivos hasta ahora desconocidos. Intervinieron integrantes de la Policía Nacional Bolivariana y de la Policía del estado de Portuguesa.

Las autoridades no han hecho hasta el momento referencia al episodio. Las informaciones sobre lo ocurrido se han generado fuera de Venezuela. Zair Mundaray, uno de los llamados fiscales en el exilio, ha difundido a través de las redes sociales un video en el que aparece uno de los detenidos con un arma corta y una granada en sus manos. Lo acompañan dos mujeres, que estaban visitando a prisioneros. "Hablamos para que por favor cese el fuego", señala una de ellas. "Aquí adentro no se van a meter porque estoy dispuesto a morirme. Por aquí queremos es la paz. Es la vida de nosotros y la vida de los visitantes que están aquí", dice el hombre.

CONDENA DE MUERTE

El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) habla de una nueva "masacre". De acuerdo con la oenegé, durante el 2018 la violencia en las instituciones penitenciarias arrojó un número desolador: 291 muertos y 331 heridos. Esa cifra de fallecidos representa un incremento del 103% respecto al 2017.

Humberto Prado, el director del OVP aseguró que "estar preso en Venezuela es una condena de muerte". Los venezolanos todavía tienen grabado en la memoria las consecuencias de uno de los motines más sangrientos en la historia de ese país, el del centro de reclusión de la Policía Estatal de Carabobo. Un total de 68 personas perdieron la vida.