Un terremoto de magnitud 7,3 en la escala de Richter ha sacudido este domingo por la noche el Kurdistán iraquí, en el noreste del país, y ha afectado también al otro lado de la frontera, en Irán y Turquía. Al menos 200 personas han muerto y más de 1.600 han resultado heridas, según los últimos datos facilitados por el Ministerio iraní de Sanidad. La mayoría de las víctimas se han producido precisamente en la provincia iraní de Kermanshah, fronteriza con Irak.

El viceministro de Sanidad iraní, Qasem Yan Babaie, ha apuntado que es muy probable que la cifra de víctimas siga aumentando. Las labores de rescate continúan para buscar a supervivientes del seísmo. Las poblaciones más afectadas por el seísmo han sido Kermanshah, Ghasr Shirin, Sarpul y Azgale, donde las comunicaciones telefónicas y la luz quedaron anoche cortadas. Los habitantes de muchas de estas zonas fueron evacuados de sus casas ante el temor de derrumbes.

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el seísmo se produjo a las 21.18 hora local del domingo (19.18 horas en España) cerca de la ciudad iraquí de Halabya, en la región del Kurdistán iraquí, donde al menos cuatro personas murieron y 500 resultaron heridas.

Epicentro en Azgale

Sin embargo, el Centro Sismológico de Irán, dependiente de la Universidad de Teherán, informó de que el epicentro tuvo lugar en la localidad de Azgale a una profundidad de 11 kilómetros. Una treintena réplicas, algunas de hasta 4,5 grados, se sintieron en varias provincias iraníes, entre ellas Kordestán, Juzestán, Hamedan, Azerbaiyán Occidental y Oriental, e incluso en la capital Teherán.

Irán tiene una gran actividad sísmica. El terremoto más grave hasta la fecha se produjo en junio de 1990, cuando perdieron la vida 37.000 personas en varios pueblos del norte del país. Otro seísmo registrado en diciembre de 2003 en la provincia meridional de Kerman se saldó con 31.000 fallecidos.