Al menos doce personas han muerto después de que las fuerzas de seguridad sudanesas irrumpieran este lunes en la acampada a las puertas de la sede del Ejército en la capital, Jartum, para poner fin a la sentada que se mantiene en ese lugar desde hace dos meses, según han denunciado los manifestantes. Las conversaciones entre los manifestantes y las Fuerzas Armadas sobre quién debe gobernar el país durante un periodo de transición, tras la destitución del presidente Omar al Bashir, están paralizadas.

La Asociación de los Profesionales sudaneses, que lidera el movimiento de protesta, ha asegurado que "un gran número de milicias a sueldo" atacaron con "fuego real y la fuerza bruta a los revolucionarios pacíficos", en un "intento de levantar la valiente acampada" en esa área.

La oposición sudanesa ha acusado a la Junta Militar de "golpista" y "asesina" tras la "masacre sangrienta" perpetrada durante el intento de desalojo de la acampada que se mantiene a las puertas del Ejército desde hace hace dos meses, primero para exigir la marcha del presidente Al Bashir, y tras su derrocamiento a manos del Ejército, para pedir a los generales que entreguen el poder a una autoridad civil.

PERIODO DE TRANSICIÓN

El Consejo Militar de Transición (TMC), que asumió el poder tras el derrocamiento de Al Bashir, ofreció permitir que los manifestantes formen un Gobierno para dirigir el país, pero insiste en mantener la autoridad general durante un período de transición. Los manifestantes quieren que los civiles se encarguen de esa transición y lleven la democracia al país norteafricano de 40 millones de personas.

Mohamed Babakr, portavoz del Comité Central de Médicos, grupo que ha ofrecido asistencia a los manifestantes desde el comienzo de las movilizaciones en diciembre del 2018, ha asegurado que hasta el momento se han confirmado doce muertos y hay ocho personas en estado grave, además de decenas de heridos tras la brutal represión del Ejército sudanés.

Por su parte, el principal partido de la oposición, el islamista Al Umma, ha tachado el desalojo de "crimen imprudente" y ha responsabilizado de ello a la junta militar, a la que acusa de ponerse "en contra del pueblo y al lado de la contrarrevolución".

"Desobediencia civil global"

Imágenes en directo de la televisión local mostraron escenas caóticas, con manifestantes huyendo mientras el humo negro salía de las tiendas aparentemente incendiadas por el asalto. Según un testigo de la agencia Reuters, tropas armadas, incluidos policías antidisturbios y miembros de las Fuerzas de Apoyo Rápido paramilitares, se han desplegado en el centro de la capital y han cortado carreteras, aparentemente para impedir que la gente llegara al lugar de la protesta.

En respuesta a la violencia y a la represión del Ejército, la Asociación y las Fuerzas de la Libertad y el Cambio han pedido a través de las redes sociales a los ciudadanos que bajen a las calles de forma "pacífica" y den comienzo a una "desobediencia civil global" cortanto las carreteras, los puentes y los pasos fronterizos.

Los manifestantes, algunos agitando banderas sudanesas, lanzaron piedras a las fuerzas de seguridad, en medio de sonidos de intensos disparos. Un vídeo publicado en las redes sociales mostró a un manifestante derrumbarse en el suelo, llorando de dolor después de ser golpeado por lo que parece ser un fuego vivo.

Los hechos se producen después de que la tensión haya ido en aumento en los pasados días en torno a la sentada pacífica que mantienen los manifestantes y entre las dos partes, debido al estancamientos de las negociaciones entre la oposición y los uniformados sobre la formación de un Gobierno transitorio.