El Bistró, la hamburguesa de pollo y carne aderezada con salsa especial, tocineta crujiente, cebolla lechuga y rodaja de tomate en pan de naranja, tiene los días contados en Venezuela? Ocurrirá lo mismo con el Cheddar Melt, preferido por su combinación de queso fundido y carne de pollo? Los consumidores de la cadena McDonalds quedaron presos de la duda después que cerraran siete de las decenas de casas de comida rápida en un país donde encontrar la carne se ha convertido en algo parecido a la búsqueda del tesoro.

La crisis económica, sumada a la diáspora, provoca un cierre continuo de comercios y restorantes. McDonald's informó que por el momento solo se han bajado las persianas de un número reducidode sus locales pero no tiene intenciones de seguir el mismo camino de Kellogs, que abandonó Venezuela meses atrás. Cuando la multinacional de cereales hizo ese anuncio, el Gobierno ordenó romper los candados y reabrir los portones de la fábrica para producir las hojuelas de maíz con el mismo equipo técnico que había dejado Kellogs. Se habló entonces de las cajas del cereal socialista. Con esa experiencia a cuestas, la cadena del payaso Ronald enfatizó su voluntad de permanecer en ese país. Los cierres no son un indicio de una pronta partida sino parte de la política de adaptación a los mercados en los que se encuentra presente.

Arcos Dorados, que representa los intereses de la cadena de comida rápida, tuvo que salir al cruce de una ola de rumores expandida en las redes sociales. Seguimos comprometidos con el desarrollo de Venezuela, dijo. Tiempo atrás, y como consecuencia de la escasez y las dificultades para importar, Arcos Dorados se vio obligada a reemplazar ingredientes, reducir las porciones y reemplaza los chips de papas fritas por las arepas o yuca frita.

La cadena de hamburguesas norteamericana @McDonalds se tambalea en Venezuela. Por ahora ha cerrado siete restaurantes de comida rápida como consecuencia del impacto del paquetazo rojo del presidente @NicolasMaduro. pic.twitter.com/Xk4aP6iMPu Luis Villafranca (@villafrancale) 2 de septiembre de 2018

LA CRISIS PROFUNDA DE VENEZUELA

Las noticias sobre la suerte de McDonalds tienen lugar en un contexto de zozobra mayor. A casi tres semanas del lanzamiento del nuevo cono monetario, que le restó cinco ceros a los bolívares, el diputado opositor José Guerra, uno de los economistas más citados de la oposición, considera que el panorama es desolador. Hay muchos trabajadores despedidos por la incertidumbre sobre el alcance que tiene el aumento salarial y las incidencias sobre otro conjunto que afecta la remuneración al trabajo y los costos laborales, dijo. Para Guerra, el Gobierno implantó una nueva denominación monetaria pero en la calle no hay circulante.

Estamos viendo un fracaso anticipado de las medidas económicas que están trayendo mayor inflación y desempleo. Rafael Ramírez Carreño, el ex presidente de la petrolera estatal PDVSA y a la vez un histórico colaborador de Hugo Chávez, también fue lapidario con el programa del presidente Nicolás Maduro, que incluyó aumentos en el precio de la gasolina y el transporte y el control de precios de 25 productos de la canasta básica. El paquetazo, al que calificó de derecha y neoliberal, hace estragos y carga todo el peso de la crisis sobre las espaldas de un pueblo que dedica horas de su vida a obtener en el mercado negro los productos que no se obtienen en los mercados. Entre ellos, la carne.

Los empresarios del sector cárnico, de los que también forman parte provedores de McDonlads, se comprometieron a respetar los precios acordados con el Estado después de reunirse con el ministro del Poder Popular para Comercio Interior, Willian Contreras. El pueblo merece que luchemos por él, dijo el funcionario. Muchos descartan que la inflación se devorará pronto lo pactado.