Theresa May se resiste a retrasar la salida del Reino Unido de la Unión Europea fijada para el 29 de marzo, mientras el líder laborista, Jeremy Corbyn, cambia de estrategia. El jefe de la oposición anunció que estarían dispuestos a apoyar un segundo referéndum sobre salida de la UE para evitar «los efectos nocivos del brexit de los tories». Corbyn se reunió anoche con sus diputados y quedaron en que presentarán su propia enmienda, que incluye la permanencia en la unión aduanera. De ser derrotada, apoyarán una segunda consulta y respaldarán también la enmienda Cooper-Letwin, que descarta la posibilidad de que el Reino Unido deje la UE sin pacto alguno. No está claro qué opciones figurarían en la papeleta de un segundo referéndum y si en ella se incluiría la posibilidad de que el Reino Unido permanezca en la UE, algo que divide profundamente al laborismo y al país.

En Sharm el-Sheikh (Egipto), May reiteró su posición inamovible de seguir tratando de lograr concesiones de la UE, que permitan la aprobación del acuerdo por parte del Parlamento británico. La primera ministra lo lleva intentado sin éxito desde noviembre, pero se ha dado un nuevo plazo, desplazando la votación al 12 de marzo.

«Una extensión del artículo 50, un retraso en el proceso, no conduce a una decisión del Parlamento y no conduce a un acuerdo», señaló en conferencia de prensa.