La primera ministra británica, Theresa May, anunció ayer la presentación ante el Parlamento de «una oferta, nueva y audaz», en la que será su cuarta y última tentativa para lograr el respaldo de su acuerdo para el brexit. La proposición llegará a la Cámara de los Comunes durante la primera semana de junio e incluirá algunos cambios con respecto a los términos del pacto ya conocido. En un artículo publicado en el Sunday Times, la primera ministra señala que, «no se preguntará simplemente a los diputados que reconsideren» el mismo acuerdo que han rechazado en tres ocasiones, sino que se les trasladará «un paquete de medidas mejorado».

«Creo que puede obtener nuevos apoyos», sostuvo. May no explica en qué consistirá esa oferta, capaz de hacer cambiar de opinión a un número suficiente de parlamentarios para alcanzar un consenso. «Yo creo que es posible obtener una mayoría en el Parlamento para salir [de la Unión Europea] con un acuerdo», escribió. La tramitación del proyecto de ley del Acuerdo de Retirada comenzará a partir del 4 de junio, después de tres tentativas fracasadas, y tras la ruptura el viernes de las discusiones entre el Gobierno y el Partido Laborista para encontrar una solución pactada para el brexit. Tras la nueva votación, y sea cual sea el resultado, May se ha comprometido a poner fecha a su renuncia, tal y como le exigió el Comité 1922 de diputados tories, la pasada semana.

Los posibles parches de última hora han sido recibidos con escepticismo. Si la ley no es aprobada, el Reino Unido, por defecto, dejaría la Unión Europea el próximo 31 de octubre sin ningún acuerdo. El líder laborista, Jeremy Corbyn, indicó que se opondrá al proyecto de ley y cree «muy difícil» que pueda haber un progreso. Corbyn prometió considerar «cuidadosamente» las nuevas propuestas de May, aunque, según le habían contado, no son «fundamentalmente diferentes», de las que ya discutieron en las 6 semanas de discusiones fallidas.

AMBIGÜEDAD / Durante una entrevista en la BBC, el líder laborista defendió la decisión de haber adoptado una ambigua posición sobre el brexit. «Los simpatizantes laboristas votaron tanto marcharse, como permanecer [en la UE]. El resto de los partidos en esta elección europea está inclinándose por un lado o por el otro. Nosotros, no», dijo sobre lo que cada cual votó en el referéndum del 2016. Corbyn culpó a los medios de comunicación de «estar obsesionados con definir a todo el mundo por lo que votó hace tres años».

La ambigüedad de los laboristas puede pasarles una fuerte factura en las urnas y contribuir a la resurrección del Partido de los Liberales Demócratas. La formación centrista y proeuropea, que desea la permanencia del Reinio Unido en el seno de la UE y celebrar un segundo referéndum, podría ser la fuerza más votada en Londres (17%) frente a los laboristas (15%), según el último sondeo publicado ayer por el dominical The Observer.