El Gobierno británico no tiene un nuevo plan alternativo para el brexit y busca renegociar con Bruselas el problema de la frontera en Irlanda del Norte. Theresa May volvió a presentar ayer en la Cámara de los Comunes el mismo acuerdo negociado con la Unión Europea (UE), que los diputados habían rechazado la pasada semana, en una derrota histórica. May lo mantiene ante la incredulidad general y sigue intentando resucitarlo porque piensa que puede «hacer progresos» y renegociar con los Veintisiete. Incapaz de lograr un consenso con los partidos políticos, anunció que se centrará en tratar de modificar la salvaguarda sobre Irlanda del Norte, a fin de recabar los apoyos que necesita entre los rebeldes conservadores y los diputados del Partido Unionista Democrático (DUP). «Es como si el voto de la semana pasada nunca hubiera ocurrido», declaró la diputada conservadora Sarah Wollaston.

«Con respecto a la salvaguarda, a pesar de los cambios que hemos acordado previamente sigue habiendo dos asuntos esenciales: el miedo a quedar atrapados permanentemente en ella y la preocupación sobre el impacto potencial en nuestra Unión, si Irlanda del Norte es tratada de manera diferente al resto del Reino Unido», afirmó May. «Por eso, voy a hablar nuevamente esta semana con colegas, incluidos miembros del DUP, para ver como podemos cumplir con nuestras obligaciones con la gente de Irlanda del Norte e Irlanda, de manera que pueda recabar el máximo apoyo posible de la Cámara y luego voy a llevar las conclusiones de esas discusiones a la Unión Europea».

El líder de la oposición, Jeremy Corbyn, le respondió que ya había intentado lo mismo sin éxito antes de Navidad y le acusó de negar la realidad, «y aceptar que su acuerdo ha sido ampliamente derrotado». May reprochó a su vez a Corbyn el no haber aceptado participar en las conversaciones, para tratar de alcanzar un compromiso entre las fuerzas políticas parlamentarias. El líder laborista había puesto como condición previa el que descartara la posibilidad de una salida de la UE sin acuerdo. Pero según May, que presiona con esa baza, la manera de evitar la ruptura por las bravas es aprobando un pacto. Y el único que hay es el suyo, y volverá a someterlo a votación el próximo día 29, junto a las enmiendas que presenten los diputados. Un grupo de parlamentarios de todos los partidos estudian ahora cómo utilizar esas enmiendas para impedir que el Reino Unido deje la UE sin más.

En su intervención May fue descartando con rotundidad otras de las posibles opciones que barajan los diputados y quiso hacerles ver que el acuerdo al que ha llegado ella es el único posible. Rechazó la revocación del artículo 50 porque significaría «seguir dentro de la UE». Tampoco acepta su ampliación porque eso no eliminaría la posibilidad de salir sin acuerdo y la EU no aceptará ampliar el plazo, si el único fin es ganar más tiempo. También descartó un segundo referéndum, que podría «deteriorar la cohesión social por socavar la fe en nuestra democracia».

OTRO DÍA NEGRO / La reacción de los medios financieros fue de desmayo ante la falta de avance. «El Parlamento sigue bloqueado mientras aumenta la cuesta abajo que conduce al precipicio», advirtió Carolyn Fairbairn, directora general de CBI. «Necesitamos desesperadamente que los políticos se tomen en serio el dar con una vía para avanzar», dijo Allie Renison del Institute of Directors. «Otro día negro para los negocios», escribió Andrew Wishart de Capital Economics. El único anuncio novedoso de May fue la eliminación por sorpresa de la tasa de 65 libras (75 euros) que los comunitarios residentes en el Reino Unido debían pagar para solicitar el «estatus de asentado» al Ministerio del Interior y poder conservar el derecho a permanecer en el Reino Unido tras el brexit. La tramitación de las solicitudes había comenzado precisamente el lunes.

May inició su declaración condenado el atentado con un coche bomba que estalló el sábado delante del palacio de justicia en la ciudad norirlandesa de Derry, sin causar víctimas. El vehículo había sido robado poco antes. La policía detuvo a cinco individuos.

Ayer hubo en la ciudad otras dos alertas terroristas. A media mañana tres hombres enmascarados secuestraron un vehículo, que acabo siendo destruido con una explosión controlada de las fuerzas de seguridad. Poco después se producía otro robo similar a cargo de cuatro enmascarados. Los incidentes, que en principio se han atribuido al grupúsculo New IRA (Nuevo IRA), recuerdan la fragilidad de la paz en esa atormentada provincia.