A menos de veinticuatro horas de una nueva ronda de votaciones clave en Westminster, la primera ministra británica, Theresa May, ha vuelto a cruzar -por undécima vez desde el inicio de las negociaciones- el Canal de la Mancha para intentar salvar su pacto del 'brexit'. La cita ha sido esta vez en Estrasburgo donde ha sellado in extremis con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, un acuerdo que incluye garantías adicionales de que el mecanismo de salvaguarda para evitar el regreso de una frontera física a la isla de Irlanda será temporal y que el Reino Unido no quedará atrapado indefinidamente en la unión aduanera.

"Nuestro acuerdo proporciona aclaraciones significativas y garantías legales. Intentemos llevar a buen término el acuerdo de salida de Reino Unido de la UE”, ha reivindicado el presidente de la Comisión Europea tras esta última negociación relámpago en Estrasburgo, recordando que es la tercera reunión que mantiene en el último mes con la primera ministra británica. "En política a veces tienes segundas oportunidades pero no habrá una tercera", ha advertido Juncker a los diputados que deberán pronunciarse de nuevo este martes en la Cámara de los Comunes.

El acuerdo del 'brexit' no ha sido reabierto ni renegociado. Tampoco se modifica el mecanismo de salvaguarda para proteger el Acuerdo de paz de Viernes Santo. Pero con las aclaraciones "legalmente vinculantes" obtenidas, Theresa May espera poder evitar una nueva derrota que podría terminar con la poca credibilidad que le queda tanto en casa como en la esfera europea. "Es difícil dar una mano a la gente que está con las dos en los bolsillos", reprochaba este lunes el primer ministro danés, Lars Loekke, ante las dificultades a las que se han encontrado los gobiernos europeos para resolver esta grave crisis política.

SOLUCIÓN DE DESBLOQUEO

La solución que ha permitido desbloquear la negociación se ha presentado como un instrumento jurídico que garantizará que el mecanismo de salvaguarda diseñado para evitar el regreso de una frontera dura a la isla de Irlanda, y que obligaría al Reino Unido a permanecer en la unión aduanera en caso de activarse y a no poder negociar sus propios acuerdos comerciales, no será indefinido. Según la primera ministra británica, el acuerdo garantizará que esa red de seguridad no sea permanente gracias a un sistema de arbitraje que les protegerá de cualquier mala fe por parte de la UE.

"Con los cambios vinculantes queda claro que será temporal y que si se aplicase también garantizaríamos alternativas (tecnológicas) como pidió el Parlamento", ha explicado May al término de su visita relámpago a la capital alsaciana en la que ha estado poco más de dos horas. Juncker ha vuelto a dejar claro que se trata de una póliza de seguros necesaria y que como toda póliza está hecha para no ser utilizada. "Hemos negociado durante mucho tiempo. Nos hemos acercado milímetro a milímetro y esta es la mejor solución posible", ha insistido el luxemburgués.

El acuerdo también incluye una declaración unilateral de Reino Unido en la que se reserva el derecho a abandonar la salvaguarda de forma unilateral si las futuras negociaciones comerciales con la UE no llegan a buen puerto. La incógnita a estas horas es si este paquete de declaraciones y compromisos será suficiente para convencer a los diputados británicos de que viren la dirección que tomaron en enero pasado cuando tumbaron el acuerdo. Por si acaso Juncker ha vuelto a decir alto y claro que esta es la última vez que reinterpretan los acuerdo sobre la mesa. “No habrá más interpretaciones de las interpretaciones ni más garantías sobre las garantías si la votación fracasa”, ha zanjado.