Marina es el nombre ficticio de una administrativa en un hospital de la región de Leningrado. Registra a los pacientes y los dirige a los especialistas que los deberán tratar de sus dolencias. Hace poco, contrajo una neumonía doble, contagiando a cuatro miembros de su familia. Según sostiene su hijo Alekséi a través del teléfono, en la nómina de abril le correspondía un aumento salarial de un 40% debido a su trabajo expuesto a la pandemia, por no hablar ya de una indemnización de 300.000 rublos (unos 3.800 euros) por haber resultado contagiada.

A día de hoy, la mujer no ha recibido ningún dinero extra. Pese a los indicios de haber contraído el coronavirus, se ha hecho dos pruebas que han resultado negativas, y nadie en su hospital le quiere hacer una tercera, temiendo "ser despedidos", sostiene Alekséi. Ella misma duda de presentar una queja ante la dirección, después de haber leído en internet que algunos médicos que han protestado han perdido su trabajo. "Todo es muy delicado", concluye.

El decreto 484 de Gobierno ruso, fechado el 12 de abril y anunciado con todo el boato por el presidente Vladímir Putin en una comparecencia televisiva, fijaba una escala de sobresueldos para el personal hospitalario que trata a pacientes de coronavirus. Para un doctor, 80.000 rublos (unos 1.000 euros), para un conductor de ambulancias, 25.000 rublos... La burocracia y la interpretación del texto legal por los responsables de los hospitales han aguado en muchos casos las promesas presidenciales, generando un vasto movimiento de protesta del personal sanitario contra el Gobierno.

"En todas las regiones"

"En todas las regiones" "Han aparecido quejas en casi todas las regiones del país; no son cientos, sino miles", explica a El Periódico de Catalunya Iván Konoválov, de la Alianza de Médicos, sindicato del sector próximo a la oposición. "Cada centro interpreta como quiere la letra del decreto, en algunos casos solo se contabilizan las horas en contacto con pacientes", denuncia. Natalia Trofímova, doctora próxima al sindicato despedida recientemente, se ríe cuando le hablan de sobresueldos. "¡Si muchos hospitales ni siquiera pueden pagar a los laboratorios o las medicinas!", exclama.

La protesta ha ido 'in crescendo', incluyendo decenas de vídeodenuncias grabadas por los propios afectados y difundidos por los medios rusos. 'Nóvaya Kuban', una página web de Krasnodar, en el sur, se hizo eco de una protesta de los médicos de un hospital local. Idénticas demandas han surgido en la anexionada península de Crimea, en un centro de atención primaria de la localidad de Evpatoria. Según los afectados, las autoridades locales les contestan que un centro de esta categoria "no es una institución médica", pese a que trata "12 horas al día" a enfermos de covid-19.

Tatyana, paramédico de la región de Leningrado que prefiere ocultar su verdadero nombre, asegura a este diario que, en su caso, le han ingresado el sobresueldo con mucho retraso y "solo después" de que ella y compañeros acudieran a la Fiscalía y hablaran con los medios. "En mi hospital, trabajamos unas 1.000 personas, y sospecho que bastantes aún no han recibido nada", concluye.