Tres días después del incendio que devastó parte de la catedral de Notre Dame de París, la conmoción provocada por el accidente ha paso este jueves los homenajes, con los bomberos en el centro de los mismos, por haber salvado buena parte de los tesoros del templo y evitado que las llamas redujeran a cenizas el gran monumento gótico.

Recibidos en el Elíseo por el presidente Emmanuel Macron, ha dicho que los bomberos fueron "ejemplares", al adoptar "las decisiones adecuadas" y centrar su intervención en evitar que las llamas alcanzaran las torres, lo que podría haber sido fatal para Notre Dame.

INVITACIÓN AL PAPA

El presidente afirmó que invitará al papa Francisco a París y anunció que condecorará a los bomberos, algo que también hará la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que les homenajeó por la tarde en la plaza del Ayuntamiento. "Habéis salvado una parte de nosotros", les ha dicho la alcaldesa.

Ante cientos de personas, se han leído fragmentos de la obra de Victor Hugo ambientada en el templo y han sonado pasajes de Bach, antes de que el deán de Notre Dame, Patrick Chauvet, tomara la palabra para asegurar que la repercusión planetaria que ha tenido el incendio le ha hecho darse cuenta de que es "la catedral del mundo".

El ministro del Interior, Christophe Castaner, por su parte, ha asegurado que la catástrofe de Notre Dame ha hecho que el pueblo francés "esté ahora unido por la esperanza" en la reconstrucción, que Macron ha fijado en un plazo de cinco años.

Del heroísmo de los bomberos se ha destacado estos días la figura de su capellán, Jean-Marc Fournier, que ya estuvo activo durante la noche de los atentados terroristas del Bataclan el 13 de noviembre de 2015 y que volvió a estarlo el pasado lunes. Aunque no estaba de servicio, Fournier vio el humo y acudió a la catedral. Su intervención fue clave para salvar buena parte de las obras y de las reliquias que se conservaban en Notre Dame, en cuyo tesoro figura la corona de espinas de Cristo y el manto deSan Denis

Aunque la estructura principal el templo está a salvo, según el ministro de Cultura, Franck Riester, el principal foco de preocupación sigue siendo el frontispicio norte del transepto. Buena parte va a ser desmontada, para evitar dejarlo a merced de las intemperies climáticas.

Riester ha agregado que, además, se va a retirar una estatua de un ángel que está inestable y también algún elemento del campanario sur, que amenaza con caer sobre los órganos de la catedral y dañarlos. Las obras se centrarán también en eliminar escombros de la bóveda, para evitar que el peso pueda debilitarla.