Los argentinos elegían ayer 24 senadores y 124 diputados nacionales en los comicios más enrarecidos que se recuerdan desde la recuperación democrática por el hallazgo del cadáver del activista Santiago Maldonado en un río patagónico. La muerte del joven de 28 años no solo ha enlutado la contienda sino que ha dejado cierto suspenso en lo que respecta a un resultado que parecía cantado de antemano. El PRO, la agrupación del presidente Mauricio Macri, aliada a la Unión Cívica Radical (UCR) se perfilaba en las encuestas como ganador de los comicios a nivel nacional, aumentando incluso los votos alcanzados en las internas públicas y obligatorias de agosto. Pero ocurrió lo imprevisto: la aparición de un Maldonado que había desaparecido el 1 de agosto en medio de la represión de la Gendarmería a una protesta de la comunidad originaria mapuche contra Luciano Benetton, dueño de 800.000 hectáreas en el sur extremo sur argentino. Funcionarios del Gobierno llegaron a vincular a Maldonado con simpatizantes de las disueltas FARC y el separatismo kurdo. Se dijo incluso que estaba escondido y que se había cortado su cabello para pasar inadvertido. De repente, un día antes del cierre de la campaña proselitista, se encontró su cuerpo en una zona del río Chubut antes rastrillada por los gendarmes. El impacto en muchos argentinos ha sido indisimulable y las autoridades corrieron a realizar encuestas de opinión para saber cuántos votos podían perder. Cerca del presidente confíaban en que lo ocurrido en la Patagonia no cambiaría las preferencias de los electores a favor del cambio emprendido en el 2015.

En este contexto, el macrismo espera imponerse cómodamente en la capital argentina. Su candidata estrella, Elisa Carrió, fue de las que vertió hipótesis sobre la suerte de Maldonado («un 20% de posibilidades de que esté en Chile», dijo) e hizo analogías entre su cadáver, preservado por las bajas temperaturas de las aguas del río, y el congelamiento de Walt Disney, aunque no parece que eso fuera a alterar las predicciones de una victoria aplastante.

EL PAPEL DE KIRCHNER /El Gobierno confiaba además en triunfar en Mendoza y Córdoba, dos de las provincias más importantes del país. También a que su candidato a senador, Esteban Bullrich, un entusiasta defensor de la mano dura, se impusiera esta vez a Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires, donde votan casi el 37% de los argentinos. En las primarias venció la exmandataria por muy escasa diferencia. La feroz campaña mediática en su contra así como el recrudecimiento de una ofensiva judicial que ha arrastrado a excolaboradores, y que ella a atribuído al Gobierno, se desvaneció por efecto del caso Maldonado.

Antes que eso sucediera, Kirchner llamó a la ciudadanía a parar el ajuste neoliberal en las urnas. De no haber mediado la desgracia del artesano, dos temas hubieran dominado durante la campaña: los presuntos actos de corrupción del kirchnerismo y el rumbo de la economía. Aquellos que, ante todo rechazan la figura de la expresidente, no dudan en elegir, por convicción o por ser el mal menor, a los candidatos que responden a Macri. Ni la inflación anual estimada por encima del 27%, la caída del empleo y el consumo, la falta de inversiones auguradas y la inminencia de un nuevo tarifazo en los servicios públicos alteran su voto. Tampoco suscita especial indignación el escándalo de los Panamá papers que involucró a Macri ni los negocios de la familia presidencial.