Cada uno de ustedes tendrá que ser Lula haciendo campaña por Brasil, recordando al pueblo que en los gobiernos del PT (Partido de los Trabajadores) el pueblo tuvo más empleo, mayores salarios y mejores condiciones de vida». Con una carta escrita desde la cárcel de Curitiba, donde cumple condena, Luiz Inácio Lula da Silva ha iniciado su campaña electoral con vistas a las presidenciales del próximo 7 de octubre. Lula fue registrado el miércoles como candidato y es posible que el Tribunal Superior Electoral (TSE) le cierre la puerta para que aspire otra vez a las presidenciales por haber sido condenado en dos instancias en un controvertido juicio por tráfico de favores durante su Gobierno.

En el entorno de Lula están convencidos de que la suerte del líder del progresista Partido de los Trabajadores dependerá finalmente de la capacidad de movilización de sus seguidores en todo el país. De hecho, la presentación de su candidatura en Brasilia se transformó en un acto masivo.

«No pretendo morir ni renunciar, y sí pelear hasta el final», dijo el expresidente en otra carta que el diario Folha de Sao Paulo transcribió de manera parcial. «Parece que no bastó con prenderme. Quieren hacerme callar. Soy candidato porque no cometí ningún crimen. Desafío a los que me acusan a mostrar pruebas de lo que hice para estar en esta celda».

Lula fue encarcelado el 7 de abril por orden del juez Sergio Moro, quien le negó la posibilidad de conceder entrevistas o comunicarse a través de vídeos con los brasileños. A pesar de esas condiciones de encierro, su figura está lejos de decrecer en la sociedad brasileña.

INTENCIÓN DE VOTO / De acuerdo con la consultora Paraná Pesquisas, el exsindicalista tiene en estos momentos una intención de voto del 30,8% y se encuentra a ocho puntos de diferencia del exmilitar de ultraderecha, Jair Bolsonaro. Los medios de prensa no dudan de que el TSE derribará la candidatura del expresidente Lula. La procuradora general, Raquel Dodge, ya le comunicó su opinión al Tribunal Electoral: el exmandatario brasileño «no es elegible».

PROBLEMA LEGAL / Sin embargo, Lula, para presentarse, pretende acogerse a una ley sancionada por el mismo en el 2010, conocida como Ficha Limpia, promovida por organizaciones ciudadanas y cuya constitucionalidad fue ratificada en el 2012 por el Tribunal Supremo. La ley establece que no puede ser candidata aquella persona que haya sido condenada mediante una decisión «transitada en juzgado», que en la jerga jurídica brasileña supone una sentencia firme, «o por algún tribunal colegiado», como son los de segunda instancia. En el caso de Lula, se cumple la segunda de esas condiciones pero no la primera, pues en el proceso por el que ha sido sentenciado a 12 años de cárcel todavía le restan apelaciones en el Superior Tribunal de Justicia y, según su resultado, ante el Supremo.

Lula no permanecerá en silencio y ya lo dejó entrever en una de sus misivas públicas: «Después de años calumniándome, ¿no quieren que tenga el derecho de hablar en mi defensa?». Su deseo de volver al poder tiene un fundamento irrebatible incluso para quienes lo aborrecen: el Gobierno del presidente interino Michel Temer no ha hecho más que incrementar la pobreza. Lula obtuvo la victoria en las elecciones del 2002. Fue presidente del 1 de enero del 2003 hasta diciembre del 2010.