Un tribunal de Hong Kong puso este miércoles en libertad bajo fianza a 43 de los 44 acusados de "revuelta", un delito penado con hasta 10 años de prisión, por el papel en la manifestación no autorizada del pasado domingo, que se tornó violenta cuando miles de activistas se enfrentaron con la policía cerca de la principal oficina de Beijing en la ciudad. Asimismo, el tribunal emitió una orden de detención contra uno de los acusados que no compareció.

La mayoría de los manifestantes fueron liberados bajo fianza de 1.000 dólares hongkoneses (115 euros). Casi todos los arrestados tienen menos de 30 años, y entre ellos figura una mujer de 16 años. Entre los acusados hay 13 estudiantes, siete empleados, un piloto de la aerolínea principal de la ciudad, maestros, enfermeras, trabajadores y vendedores. A todos ellos menos a dos -uno que trabaja en un hogar de acogida para niños y el otro piloto de la aerolínea Cathay Pacific- les fue impuesto un toque de queda entre medianoche y las 6 de la mañana y se les prohibió salir de Hong Kong. La próxima vista judicial del caso ha sido fijada para el próximo 25 de septiembre.

TENSIÓN ACUMULADA

La Policía advirtió el domingo de que los manifestantes incurrían en un delito de manifestación ilegal, penado con entre 3 y 5 años de cárcel, pero "tras investigar y recibir consejo legal", la institución anunció anoche que acusaba formalmente a 44 de los detenidos de revuelta, que conlleva penas más graves, de entre 5 y 10 años de prisión.

El domingo, las autoridades habían autorizado un mitin pero no una marcha, lo que no impidió que miles de personas inundasen las calles del distrito financiero de Hong Kong, donde algunos manifestantes atacaron a los agentes antidisturbios con ladrillos y otros objetos, y estos respondieron disparando botes de gas lacrimógeno. "El Gobierno chino solo quiere asustar a la gente para que no salga a protestar nuevamente", dijo un manifestante llamado Syrus, de 19 años. La Policía informó el martes de la detención de más de 40 personas, lo cual animó a cientos de personas a rodear una estación de policía de Tin Shui Wai por la noche después de que los activistas detenidos fueran acusados.

Este miércoles cientos de simpatizantes se congregaron a las puertas del juzgado pese a las fuertes lluvias y a la alerta por la llegada del tifón Wipha, entonando cánticos como "no hay revuelta, solo tiranía" o "recuperad Hong Kong, la revolución de nuestro tiempo".

"No tengo miedo de protestar. Todo esto hoy me está haciendo enojar más", afirmó Gartner, un manifestante de 21 años, a las puertas del juzgado.

Historia complicada

Las protestas fueron provocadas por un proyecto de ley de extradición que habría permitido que se enviara a las personas a tierra firme para ser juzgadas, pero ahora se ha convertido en una reacción más amplia contra el Gobierno de la ciudad.

Bajo una fórmula de "un país, dos sistemas" adoptada como parte de la soberanía de China, se le prometió a la ciudad amplias libertades que se les negaban a los ciudadanos de China continental. Muchos temen que el Gobierno central de Pekín esté destruyendo esas libertades.

Una ola de protestas que comenzó a finales de abril ha sumido a la excolonia británica en su mayor crisis política desde su regreso a manos chinas en 1997, pero esta es la primera vez que las autoridades en el centro financiero han recurrido al uso de los antidisturbios.