La casa de Basem Tamimi en el pueblo palestino de Nabi Saleh era ayer un hervidero de gente que esperaba ansiosa la llegada de su hija, Ahed Tamimi, la adolescente de 17 años cuyo rostro ya es el icono de la resistencia palestina contra la ocupación israelí. Decenas de familiares, amigos, conocidos y desconocidos, activistas extranjeros e israelís y periodistas se congregaron en el domicilio, ubicado frente a una colina coronada por la colonia israelí de Halamish.

La niña convertida en símbolo salió ayer de la cárcel tras cumplir siete meses y medio de prisión por haber pegado a dos soldados israelís que entraron en su patio el pasado 15 de diciembre, después de una protesta palestina. Los hechos se grabaron en un vídeo que se hizo viral, en el que también aparecen enfrentándose a los soldados la madre de Ahed, Nariman, y una prima, Nur. Cuatro días después, Ahed y Nur fueron arrestadas, pero a la segunda la pusieron en libertad «al cabo de 16 días», según cuenta ella misma. Ahed permaneció en prisión porque el tribunal militar la consideró «demasiado peligrosa».

Ayer, pasadas las 06.00 horas, Ahed y su madre, arrestada poco después que ella y que también cumplía condena, fueron liberadas a las puertas de Nabi Saleh, en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel. Las autoridades israelís indicaron a la familia que las dejarían en el control de Jabara (Tulkarem) y luego comunicaron que lo harían en el de Rantis, para liberarlas finalmente a la entrada de su pueblo, según confirmó su propia familia.

«Estábamos en Rantis esperándola, hemos visto pasar el Jeep militar que la llevaba hacia Nabi Saleh y hemos corrido hasta allí. He sido la primera en abrazarla», aseguró Lana, prima y compañera de clase de Ahed. «Nos sentamos juntas y la he echado mucho de menos estos ocho meses», comentó la propia Lana.

Tras una breve parada en Nabi Saleh, Ahed se dirigió, junto a su familia, a Ramala, donde depositó flores en la tumba del líder palestino Yaser Arafat, en la Muqataa, sede de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Allí la recibió el presidente palestino, Mahmud Abás. Poco después de las 15.00 horas, el coche de los Tamimi, con Ahed y su madre a bordo, apareció en la entrada de Nabi Saleh. Al bajarse en la plaza principal del pueblo, una multitud de cámaras rodeó a la joven.

Uno a uno, familiares, amigos y vecinos se acercaron hasta ella y su madre. Abrazos, risas y llantos las acompañaron en un paseo que culminaron con una rueda de prensa en la que Ahed afirmó que «la lucha popular contra la ocupación continuará». «Estoy contenta porque he salido de la cárcel, pero no del todo porque tengo a hermanas y hermanos allí», dijo en referencia a los presos palestinos. Ahed señaló que va a seguir «focalizada en la lucha contra la ocupación», en la que considera que «se expande el papel de la mujer» y destacó que «el poder está con la gente, que decide su destino».

Su deseo de ser abogada / La menor liberada, para quien «Jerusalén era y seguirá siendo la capital del pueblo palestino», contó que su «mayor preocupación» cuando la encarcelaron fue perderse el examen de acceso a la universidad. Pero dijo que en la cárcel estudió con un grupo de mujeres, a pesar de «las amenazas constantes y abusos de la ocupación israelí». Ahed quiere ser abogada «para defender a los presosy tiene posibilidades de estudiar con becas aquí y fuera», informó su padre.

Los Tamimi son una familia conocida por liderar las protestas en su pueblo. «Estoy feliz de estar con mi hija, pero aún tenemos un hijo en la cárcel. Espero que alguna vez estemos todos juntos, como una familia, y la ocupación salga de nuestras vidas para vivir normalmente en nuestra tierra», dice Basem. Ahed, cuyo rostro pintaron en el muro que Israel levantó en Cisjordania dos grafiteros italianos que fueron arrestados, agregó que «la determinación y la fortaleza» de su madre le ayudaron a seguir adelante en la cárcel.