Nicolás Maduro quiso mostrarse ante los venezolanos como un votante ejemplar, pero la tecnología le jugó una mala pasada. “Vamos hacer el chequeo del carnet de la patria, que quede registrado que yo vine a votar, y mi carnet de la Patria quedó marcado para toda la vida y que voté el día histórico”, dijo, y mostró el documento que identifica a los ciudadanos como beneficiaros de las CLAP (bolsas de comida) y otros derechos sociales a través de un código QR.

Eran las seis de la mañana y el presidente exhibió su carnet ante las cámaras. Al pasarlo por el scanner del dispositivo lector, apareció la frase más impensada: “La persona no existe o el carné fue anulado”. Maduro no esperaba semejante aprieto. La máquina lo desautorizó y la oposición encontró en el incidente un regalo político.