Xi Jinping ha dado audiencia a Kim Jong-un por segunda vez en mes y medio después de habérsela negado en los seis años anteriores. La súbita sintonía entre dos líderes es un efecto colateral de los vientos de paz en la península coreana.

Los rumores abundaban desde que ayer a mediodía circularon imágenes del jet privado presidencial norcoreano y de otro avión de las aerolíneas norcoreanas Air Koryo en el aeropuerto de Dalian. Esa compañía no opera en la ciudad costera china y las instalaciones fueron cerradas durante horas. La prensa oficial china finiquitó el misterio informando de la visita de Kim.

La confirmación llegó cuando el líder norcoreano ya estaba de vuelta en Pionyang. Kim ha encadenado dos viajes a China y uno a la frontera surcoreana en cinco semanas. Esta actividad supone un frenesí para quien que no había salido de su país desde que sucedió a su padre en el 2011. «En una atmósfera cordial y amistosa, los dos máximos líderes de los dos partidos y de los dos países han mantenido un intercambio amplio y profundo de puntos de vista sobre las relaciones entre China y la DPRK (siglas en inglés del nombre oficial de Corea del Norte) y de asuntos de mutuo interés», anunció la agencia Xinhua.