La nave Open Arms de la oenegé Proactiva, retenida desde el 18 de marzo, fue liberada ayer por el juez instructor de Ragusa (Sicilia), Giovanni Giampiccolo, una medida que, sin embargo, no comporta el cierre del caso. Tras su decisión, el magistrado devolverá el sumario a la fiscalía, que seguirá investigando sobre el supuesto delito de favorecer la inmigración clandestina hacia Italia. La oenegé no está acusada de nada: los únicos investigados son Anabel Montes, la capitana del barco Open Arms, y Marc Reig, responsable de la organización, que podrían ser condenados a siete años de cárcel.

El segundo delito del que eran acusados por el tribunal de Catania era el de «asociación para delinquir» y ya fue anulado el 27 de marzo por falta de fundamento. «No creo que hasta el año que viene se llegue a ninguna nueva conclusión», declaró a este diario una fuente del tribunal de Ragusa, refiriéndose a sus colegas de Catania, que deberán dirimir si los voluntarios de Open Arms favorecieron la inmigración clandestina. Una acusación que, según el fundador de Proactiva, Òscar Camps, carece de fundamento. «No tiene ningún sentido que nos acusen de eso. Siempre hemos actuado de acuerdo con las autoridades italianas, nunca nos hemos saltado la ley», recalcó ayer a este diario.

PROBLEMAS CON LIBIA / Los miembros de la oenegé, explicó su fundador, están contentos por la liberación de su barco. Pero no reina el optimismo. «Esperamos que nos devuelvan la documentación mañana [por hoy] o el miércoles, pero nuestros compañeros siguen acusados y siendo investigados», recordó. La decisión de liberar Open Arms fue tomada por el juez ayer por la mañana, aunque la orden de devolverla efectivamente a la oenegé debía realizarla la policía y la Capitanería del puerto de Pozzallo, en el que se encuentra la nave.

Los problemas para Proactiva comenzaron el pasado 15 de marzo. Ese día, el Open Arms se negó a entregar a una patrulla libia 218 personas que habían sido rescatadas del mar y, más tarde, también desobedeció las órdenes de la Guardia Costera italiana. Pero el tribunal italiano exculpó ayer de estos cargos a los responsables. «Proactiva Open Arms actuó en una situación de necesidad», argumentó el juez.

Camps lo resumió así: «Lo que pasó es como si un conductor de un autobús se salta un estop y la policía, en vez de multarlo, lo detiene, le retira el carnet, lo amenaza con mandarlo a la cárcel y, además, pone un cepo en el vehículo». Una barbaridad, subrayó, que no tiene fundamento. «Lo mejor de todo es que nunca nos hemos saltado ningún estop. Confiamos en que la justicia italiana se dé cuenta de la verdad y este proceso acabe en nada», añadió.

La liberación de la nave de la oenegé española, que se suma a la persistente retención desde el pasado agosto del navío Juventa, de la oenegé alemana Jugend Rettet, coincide con la elaboración de un plan de Italia y Libia por el que todos los salvamentos a efectuar en el mar correrían a cargo de la Guardia Costera libia. La operación sería financiada por la Unión Europea con 1,8 millones de euros.

POLÍTICA INTERNACIONAL / Varias oenegés y la misma Organización Marítima Internacional (IMO) ya han criticado dicha posibilidad de pasar todas las tareas de salvamento a Libia, porque este país no solo no ha declarado nunca una propia zona marítima de actuación y salvamento (SAR), sino que tampoco ha firmado nunca la Convención de Ginebra, compromiso por el que los prófugos de guerras y de dictaduras no pueden ser rechazados o devueltos a sus países.

De aprobarse el plan, ninguna oenegé podrá efectuar más tareas de salvamento en el Mediterráneo. Quedarán, todas ellas, a cargo de Libia, país donde, según ha documentado la Organización de las Naciones Unidas, muchos de los inmigrantes que son devueltos a sus costas acaban desapareciendo.

Pero este plan no asusta a la organización Proactiva. Ayer, poco antes de que el tribunal italiano anunciase la liberación del Open Arms, la oenegé envió al Mediterráneo central su otro navío, el Astral, que se encontraba atracado en el puerto de Badalona.

«Justo ha zarpado esta mañana. Nuestra idea era continuar igualmente con las misiones de rescate. El Astral, hasta ahora, estaba destinado a hacer una misión de concienciación, pero, cuando nos secuestraron el Open Arms, decidimos reactivarlo», explicó Camps.

A partir de ahora, aseguró el fundador de la organización española, trabajarán con los dos navíos: «Una vez esté todo resuelto, la tripulación vuelva a Italia y el barco pase todos los tests reglamentarios, saldrá del puerto donde nos lo tenían confiscado. Es una buena noticia».