El primer ministro británico, Boris Johnson, podría ordenar una nueva suspensión del Parlamento después del 14 de octubre, que es cuando vence la actual suspensión. «Vamos a esperar a ver lo que deciden los jueces», respondió ayer el primer ministro británico ambiguamente a la vuelta de su calamitoso viaje a Luxemburgo. Preguntado directamente por los jueces del Tribunal Supremo sobre esa posibilidad, el abogado del Gobierno, Lord Richard Keen, alegó que eso es algo a decidir por el primer ministro.

El Tribunal Supremo del Reino Unido comenzó ayer a evaluar si Johnson actuó ilegalmente al cerrar el Parlamento británico durante cinco semanas y si cometió abuso de su poder como primer ministro. Los 11 jueces, tres mujeres y ocho hombres, que representan la máxima autoridad judicial del país, están examinando las apelaciones a dos sentencias contradictorias. La del Tribunal Superior de Londres falló en favor del Gobierno con el argumento de que la prerrogativa, el mecanismo para suspender el Parlamento, es político y los jueces no deben intervenir.

LA ÚLTIMA PALABRA / Sin embargo, el máximo tribunal civil en Escocia falló contra el Ejecutivo y declaró ilegal la decisión de Johnson. El Supremo tendrá la última palabra en la vista que debe extenderse hasta mañana. La decisión final de este conflicto constitucional puede tener un gran impacto en futuro del brexit y del propio primer ministro.

El abogado de la empresaria y militante antibrexit Gina Miller, Lord David Pannick, abrió la sesión. «Identificar si el poder ha sido utilizado con un propósito valido es una cuestión legal, no política», declaró.

«Ningún primer ministro ha abusado del poder de esa manera, al menos durante los últimos 50 años». Pannick también subrayó que Johnson no ha presentado prueba alguna justificando su decisión.