La situación migratoria en el Mediterráneo central, tras la llegada a Roma del Gobierno populista del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y de la ultraderechista Liga, que ha cerrado los puertos a los desembarques humanitarios, está llegando a un callejón sin salida. Una nave militar Frontex y una patrullera de la policía italiana de aduanas (GdF) con 450 emigrantes a bordo se encuentran situadas en alta mar entre Libia, Malta e Italia, sin saber a donde dirigirse, porque el Gobierno de Roma y el de La Valeta se niegan a que atraquen en sus respectivos puertos.

«O los países de la Unión Europea aceptan la distribución inmediata de los inmigrantes, o éstos son devueltos a Libia o bien permanecen en las naves militares donde todos ellos serán identificados» para estudiar sus respectivas solicitudes de asilo, son las alternativas que dio ayer el primer ministro italiano, Giuseppe Conte.

«No entrarán en ningún puerto italiano», subrayó, por su lado, el ultraderechista Matteo Salvini, el ministro de Interior e inspirador de la línea dura del Ejecutivo italiano. El pasado jueves, otra nave militar con 67 emigrantes, acabó atracando en un puerto italiano después de una intervención directa del presidente de la República, Sergio Mattarella, sobre el jefe del Ejecutivo, lo que provocó el enfado de Salvini.

Esta vez, sin embargo, parece haber consenso entre el Ejecutivo y la Presidencia: Europa debe aceptar un reparto de todas las personas que están a bordo de los dos barcos y si no lo hace, el Gobierno de Roma no cederá y no permitirá esta vez el desembarco. «Redistribución inmediata o no desembarcarán en Italia», ya se ha encargado de comunicar Salvini a todos sus interlocutores.

Los 450 inmigrantes rescatados en alta mar viajaban en una plataforma de madera, que es la nueva modalidad usada por los traficantes y que permite alejarse más de Libia sin correr los peligros de un fueraborda. La plataforma fue interceptada frente a la isla de Linosa y ayer sus ocupantes fueron transferidos al barco de Frontex y a la patrullera policial. Algunas mujeres, hombres y niños (ocho en total) han sido desembarcados en la isla de Lampedusa, a causa de sus condiciones de salud, entre ellas las de una mujer que llevaba semanas sin apenas comer y bebiendo sólo agua y orina.

Desde Roma el Gobierno escribió una carta a la presidencia de la UE y cursó varios mensajes al Ejecutivo de Malta para que la redistribución se haga antes del desembarque. «Es necesario un acto de justicia, de respeto y de coraje para contrarrestar a los traficantes y estimular una intervención europea», dijo Salvini a Conte. «No podemos ceder, nuestra firmeza salvará muchas vidas y garantizará la seguridad a todos», insistió Salvini al jefe del Ejecutivo que, desde Roma dirige la nueva crisis en comunicación constante con Bruselas, con las dos naves militares y con la Presidencia de la República. Según el ministerio del Interior, desde que el Gobierno de Liga y el M5S tomó posesión del cargo, han llegado a Italia 27.000 emigrantes menos.