Italia ha dado marcha atrás en su empeño de aprobar unos presupuestos generales para el 2019 con un déficit del 2,4% y negocia con la Unión Europea (UE) el 2,04%, lo que se traduce en unos 7.000 millones de euros menos de gasto.

Tras una reunión con Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, el primer ministro de Italia, Guiuseppe Conte, anunció ayer que se han realizado «buenos progresos» con la UE, que había amenazado a Italia con un procedimiento de infracción si insistía en el 2,4%. Con una deuda superior al 131%, Roma no se podía permitir una medida tan drástica de la UE, que habría sido la primera vez que se aplicaba.

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, consideró que el nuevo presupuesto presentado por Italia, que prevé situar el déficit en el 2,04 % del producto interior bruto (PIB), es «un paso en la buena dirección» pero «insuficiente» ante las exigencias comunitarias.

«No podemos transigir» con las normas fijadas en el Pacto de Estabilidad, subrayó el comisario en una comparecencia ante el Senado francés, donde señaló que la Comisión Europea mantiene el diálogo con Roma para situar las cuentas del 2019 en una buena senda. Ahora el problema de Conte será con sus socios en el Ejecutivo italiano, la Liga y los indignados del Movimiento 5 Estrellas, ya que ambos deberán remodular sus expectativas. Al final de la jornada en Bruselas, Conte declaró que permanecen las iniciativas estrella de los dos partidos que lo apoyan, la conocida como renta de ciudadanía (780 euros mensuales para los parados y los pobres) y la flexibilización de las medidas para acceder a la jubilación.