«El día en que me quitaron el mandato estaba muy enfadado. No lo dije entonces, pero estaba muy enfadado porque me habían quitado algo que me había ganado yo mismo. Que era mío». Así se expresó ayer en un encuentro con periodistas extranjeros Ekrem Imamoglu, miembro del partido opositor CHP y flamante vencedor de las elecciones en Estambul de este pasado domingo. Y lo ha hecho con la suficiencia y satisfacción del que vence cuando todo estaba en contra: Imamoglu también ganó las elecciones locales en la mayor ciudad de Turquía el 31 de marzo, pero esa vez, ante la petición del partido de gobierno de Recep Tayyip Erdogan, el AKP, la comisión electoral decretó nula la victoria del opositor.

Volvió a presentarse y volvió a ganarlas: esta vez por un margen de nueve puntos respecto a su rival. «Nuestra lucha ha sido una lucha por la democracia en Turquía. Y eso hace que esta victoria no sea solo importante para Estambul. Si el AKP sigue haciendo cosas como esta, la gente les dará una lección en las urnas. Estas elecciones han demostrado que el AKP no puede hacer todo lo que quiere», dijo Imamoglu.

Tras la victoria, sus seguidores están tan encandilados que le ven ya, en cuatro años, compitiendo contra Erdogan por la presidencia de Turquía. «He pasado un test para la democracia. ¿Y eso qué significa para mi carrera política? Un inicio, el inicio del camino. Acabaré mi mandato y después preguntaré a la gente qué quieren de mí. ¿Seguir en Estambul? ¿Otra posición? Doy las gracias a la gente que me ve como una estrella ascendente. Intentaré ascender aún más». Y exhortó directamente a Erdogan: «Yo soy el alcalde de Estambul y él es el presidente. Le propongo que trabajemos juntos por el bien de todos. Veremos cómo responde».