Los hospitales de Beirut --que ya se encontraban tensionados por la pandemia de coronavirus-- están totalmente desbordados tras la gran explosión ocurrida en el puerto de la ciudad y que ha dejado un balance provisional de al menos 100 muertos y 4.000 heridos. Los servicios de emergencias aún buscan a unos 100 desaparecidos entre los escombros.

"Es como una zona de guerra. No tengo palabras", decía el alcalde de Beirut, Jamal Itani, mientras inspeccionaba este miércoles la zona de la explosión. "Es una catástrofe para Beirut y para el Líbano", añadía desolado.

La explosión no solo ha destrozado la zona del puerto, epicentro del siniestro, donde se almacenaban 2.750 toneladas de nitrato de amonio, sino que el impacto ha alcanzado a puntos de la ciudad más alejados. De hecho, ciudadanos que filmaban desde sus casas la primera explosión fueron sacudidos por la intensidad de la segunda. La detonación se llegó a escuchar en Chipre, a 200 kilómetros de distancia.

PANORAMA APOCALÍPTICO

En la zona del puerto, el panorama es apocalíptico. Los contenedores de mercancías parecen latas de conserva retorcidas, los coches están calcinados, el suelo, alfombrado de maletas, papeles y objetos personales que salieron disparados de las oficinas cercanas. Una imagen que a muchos libaneses les ha recordado los trágicos años de guerra civil que el país vivió entre 1975 y 1990.

Tras las explosiones, las escenas vividas fueron dantescas, con gente ensangrentado, corriendo y pidiendo ayuda. En una de las entradas del puerto de Beirut, una veinteañera corría gritando el nombre de su hermano. Se llama Jad y tiene los ojos verdes, decía, aturdida. Las fuerzas de seguridad le prohíben pasar. A pocos metros de allí, otra mujer desesperada busca a su hermano.

Durante más de tres horas el trajín de las ambulancias no cesó. Entraban con las sirenas ululando y salían de la zona siniestrada cargadas de víctimas.

Algunos bomberos, perplejos, buscaban a colegas que estaban intentando apagar un incendio desatado justo antes de la segunda explosión masiva. Los socorristas, con la ayuda de agentes de seguridad, buscan a supervivientes o muertos atrapados bajo los escombros.

Las fuerzas de seguridad han tenido que acordonar la 'zona cero' para evitar que las familias se acerquen a buscar desparecidos, que los residentes en viviendas cercanas vuelvan a sus casas y para impedir saqueos.

BARCOS DAÑADOS

Entre los heridos hay sirios y egipcios de la tripulación de barcos que llegaron este martes al puerto, incluido uno de Ucrania que transporta trigo a Siria. "Hace seis meses que esperamos el momento de nuestro regreso a Siria. Somos 13 jóvenes. Siete de nosotros han resultado heridos", cuenta uno de ellos. Otro menciona una grieta en el armazón del buque, el 'Mero Star'. "El barco se está hundiendo, con la explosión ha habido heridos graves a bordo".

También soldados de la misión de la ONU en Líbano (Finul), cuyo barco estaba anclado en el puerto de Beirut, han resultado gravemente heridos y han sido trasladados a hospitales cercanos.

En todos los barrios de la capital, incluso en los suburbios, los corresponsales de la AFP han visto destrozos causados por las explosiones que sacudieron la ciudad y desataron el pánico en las terrazas de las cafeterías. En los edificios, los habitantes inspeccionan los daños. Los vidrios de las ventanas estallaron, las vitrinas de los comercios, también, esparciendo una alfombra de cristales en las aceras.

DECLARADO EL ESTADO DE DESASTRE

El primer ministro del Líbano, Hasán Diab, ha decretado este miércoles como jornada de luto nacional en homenaje a las víctimas, mientras que el Alto Consejo para la Defensa ha declarado el estado de desastre para la capital libanesa.

El Gobierno ha pedido ayuda internacional para hacer frente a la catástrofe. Los primeros en reaccionar han sido los países de la región. Así, Qatar y Kuwait han anunciado ya el envío de insumos médicos, mientras que Egipto, Jordania, Israel e Irán se han mostrado dispuestos a ayudar en lo necesario.

Fuera de Oriente Próximo, Estados Unidos y Francia también han ofrecido ayuda, mientras que el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior y Seguridad Común, Josep Borrell, ha mostrado la "plena solidaridad" del bloque comunitario con Líbano.