El pasado mes de enero, Benoît Hamon se impuso a Manuel Valls en las primarias que lo convirtieron en el candidato oficial del Partido Socialista Francés a las elecciones presidenciales. Ese resultado consumó la fractura entre las dos almas del partido.

Por un lado, el ‘rebelde’ exministro de Educación de François Hollande en el ala izquierda. Por otro, el ex primer ministro nacido en Barcelona defendiendo una línea reformista.

Este domingo, el voto cosechado por Hamon, un 6,2%, según las primeras estimaciones. que le deja fuera de la segunda vuelta, consuma la anunciada implosión del partido que forjó François Mitterrand en 1971.

Muy crítico con la deriva liberal del presidente, Hamon no ha logrado ni el apoyo del partido ni el favor de un electorado que ha visto en el candidato de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, un representante más legítimo de la izquierda que el socialista de 49 años.

Aunque logró unir a los ecologistas de Yannick Jadot, quien retiró su candidatura sumándose al proyecto de Hamon, el ascenso imparable de Mélenchon le ha complicado demasiado las cosas.

GESTO FRATRICIDA

Quien ha hecho bandera de la renta única universal ha sido también víctima de la hemorragia hacia el campo del centrista Emmanuel Macron, que ha recibido el apoyo de pesos pesados del Ejecutivo, empezando por el propio Valls. Con este gesto fratricida, el ex primer ministro sumió al partido en el caos y abrió el camino hacia la escisión.

Habrá que esperar a mediados de junio, cuando se celebren las elecciones legislativas, para conocer la nueva relación de fuerzas, aunque la suerte del PS se decidirá en el Congreso del próximo mes de septiembre. Todo el mundo da por hecho que ahora empieza el tiempo de la recomposición.

Está en juego el futuro del partido. Desde que Hollande alcanzó el Elíseo en mayo del 2012, la izquierda no ha dejado de perder todas las elecciones intermedias. Los militantes están desorientados, y los electores, decepcionados.

Minado por las contradicciones internas, con la derrota de esta noche, éstas no harán más que aumentar en el socialismo francés. Todo en un contexto de horas bajas para la soc