Las principales promesas electorales que en marzo llevaron a los Indignados del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y a la Liga al gobierno de Italia se aplazarán entre uno y dos años y se aplicarán solo gradualmente, porque el Ejecutivo no puede financiar de golpe los casi 100.000 millones de coste cifrados por todos los economistas sin disparar el déficit y la ya abultada deuda pública.

Lo ha confirmado Matteo Salvini, vicepresidente por la Liga, ilustrando que los Presupuestos "incorporarán los primeros hacia la flat-tax" (solo dos tramos fiscales) y hacia "una reforma radical del estado del bienestar", que son las dos medidas estrella de la Liga y los Indignados. La reforma del estado de bienestar incluye una "renta de ciudadanía", que pasará por modificar el subsidio de paro y aumentar las pensiones mímimas.

Supervivencia en juego

Este viernes se ha celebrado la primera reunión del gobierno de la La Liga y los Indignados sobre las cuentas públicas, la cuestión que será la más crucial para su supervivencia. Estaban presentes los principales protagonistas del Ejecutivo y ha durado unas dos horas, sin ningún comunicado final ni rueda de prensa.

El freno de las promesas electorales está repercutiendo electoralmente, según los últimos sondeos, en un trasvase de votos de Forza Italia, partido de Silvio Berlusconi, a la Liga y de esta a los indignados del M5S. De manera que la suma para los partidos gubernamentales roza actualmente el 60% de apoyo popular.

Peticiones de dimisión

"Lo primero y más importante es mantener el equilibrio presupuestario y a medida que se pueda se introducirán las promesas electorales", repite desde hace días Giovanni Tria, ministro de Economía. Durante los días pasados, los indignados llegaron a pedir su dimisión, aduciendo que se oponía al "contrato" sobre el que se basa el Gobierno, como también pidieron la de Tito Boeri, presidente de la seguridad social italiana (INPS), que cifró en almenos 8.000 los puestos de trabajo que se perderían con la reforma laboral del Gobierno.

Tria sustituyó en la cartera de Economía al candidato Paolo Savona, euroescéptico y antieuro, masivamente apoyado por Liga y los Indignados, pero vetado por la UE y otras instancias internacionales. "O Savona o muerte", tituló aquellos días 'Libero', un diario conservador.

Precisamente este viernes se ha sabido que en aquella horas, cuando el presidente de la República, Sergio Mattarella, vetó a Savona, 20 o más cuentas de Twiter inundaron la red con el hastag #MattarellaDimisión. Era lo mismo que en aquel momento pedía el vicepresidente del Gobierno y líder de los Indignados, Luigi Di Maio. Y ahora se ha descubierto que varias de dichas cuentas estuvieron también implicadas en la campaña electoral de Donald Trump. Y que supuestamente fueron abiertas desde Rusia.

De acuerdo con las cifras más o menos públicas y alguna filtración sobre la primera 'cumbre' económica del Gobierno, los presupuestos incluirán aproximadamente unos 24.000 millones de recortes o, hipótesis muy improbable, de nuevos impuestos. Será una papeleta dificil de tragar por los electores que votaron a los indignados, principalmente en el sur y que ya el día después de las elecciones en algunos municipios hacían cola para recibir la "renta de ciudadanía".

Las exigencias políticas de la Liga y del Movimiento 5 Estrellas (M5S) no coinciden, sino que se oponen en algunos capítulos, por lo que los Presupuestos a presentar en otoño constituirán la prueba del fuego de la superviviencia de un Ejecutivo en el que mandan los dos vicepresidentes, Salvini y Di Maio, y el jefe del Gobierno, Giuseppe Conte, actúa solo como representación nacional.

Mientras que Salvini habría cosechado más consensos desde las elecciones de marzo, pasando del 17% al 30%, gracias su discurso duro contra la inmigración, los indignados están quedando relegados por ahora como el socio pobre del Gobierno porque sus promesas electorales son casi exclusivamente económicas y laborales. Entre ellas, está el llamado "decreto dignidad" que apunta a disminuir todos los tipos de precaridad, lo que está provocando un enfrentamiento con las pymes, la patronal y con su socio de la Liga, que apunta principalmente a rebajas fiscales.

Desconfianza de los mercados

A pesar de la pausa veraniega, los mercados están esperando las medidas que tomará el nuevo Ejecutivo con una cierta desconfianza. Después de las elecciones y con unas directrices presupuestarias de carácter general elaboradas por el anterior Gobierno progresista, la prima de riesgo sobre la deuda italiana estaba al 120%. Pero, este viernes ha alcanzado los 260 puntos de diferencial con los bonos alemanes. "No ha subido por las buenas noticias económicas de Alemania, sino y sobretodo por la situación actual italiana, sea económica que política", explican los operadores de la bolsa de Milán.