Mao ordenó a los 17 aviones que había podido juntar que pasaran un par de veces para que parecieran más en aquella jornada seminal. Sobre Xi Jinping, presidente chino, volaron ayer 160 en la misma plaza Tiananmén. El desfile militar con el que las autoridades celebraron el 70º aniversario de la República Popular subrayó la brecha entre aquel país devastado por las guerras y éste que asalta la primacía económica global. Una efeméride que en Hong Kong estuvo marcada por la violencia y porque por primera vez desde que empezaron las manifestaciones en la excolonia británica un manifestante resultó herido de bala.

China despachó con la litúrgica precisión su evento más importante del año con las previsibles dosis de nacionalismo, satisfacción por el camino andado y confianza ante el pendiente. «No hay ninguna fuerza que pueda tumbar a esta gran nación, no hay fuerza que pueda impedir que sigamos hacia adelante», clamó Xi en el sobrio traje Mao que reserva para los días señalados.

Recordó el siglo de miseria y humillación que precedió a la fundación de la república y apeló a la unidad del pueblo en tiempos en que Hong Kong está alborotado. «China debe mantenerse comprometida en su estrategia de reforzar pacíficamente el principio de un país, dos sistemas», añadió.

Xi compartió el palco con sus antecesores: el eterno y cerúleo Jiang Zemin que, a sus 93 años, lleva varios desmintiendo rumores sobre su muerte; y Hu Jintao, ya canoso y reacio al tinte negro del gremio, al que la sombra de Jiang nunca dejó volar libre. También se vieron las primeras sonrisas en meses de Carrie Lam, la atormentada jefa ejecutiva de Hong Kong.

EL EJÉRCITO, PROTAGONISTA / La jornada reservó el protagonismo al Ejército de Liberación Popular. Los 15.000 soldados ejecutaron el paso de la oca con una precisión que sólo Corea del Norte puede mejorar. Después llegó el esperado escaparate del armamento, el único momento con emoción real por lo que Pekín podría atreverse a mostrar.

Por el asfalto de la Avenida Changan apareció al fin el misil intercontinental DF-41 después de haberse ausentado a última hora de los desfiles de 2015 y 2017. Su autonomía de vuelo de 15.000 kilómetros le permitiría golpear Estados Unidos en media hora, asegura la teoría. Muchos lo señalan como el misil más poderoso del mundo y especulan con una carga de hasta diez cabezas nucleares.

También se presentaron en público los últimos drones furtivos tanto aéreos como submarinos, un sector en el que China sí ostenta el liderazgo global. Del DR-8, con una velocidad que quintuplica la del sonido, se espera que se acerque a las naves enemigas y envíe su posición a las lanzaderas de misiles. Las imágenes también sugieren importantes avances en los bombarderos H-6.

El desfile civil sucedió a los tanques, camiones, misiles y demás cacharrería. Los 100.000 representantes de diferentes sectores sociales aflojaron el rigor castrense para enviarle un mensaje más amistoso y relajado al mundo. Fue un totum revolutum en el que se vio una bandera nacional gigante, retratos de todos los presidentes, representaciones de la Constitución y de la Ley Básica de Hong Kong, caravanas con lo más reconocible de cada provincia, acróbatas, bicicletas maoístas y trenes de alta velocidad en miniatura.

El vuelo de miles de palomas blancas como símbolo de la paz finiquitó la ceremonia.

Pero apenas habían pasado unos minutos desde la clausura de los fastos cuando la violencia estalló a miles de kilómetros al sur. Los fragorosos enfrentamientos cuerpo a cuerpo entre activistas y policías sucedieron en diferentes puntos de la excolonia y alcanzado su mayor gravedad frente a la sede del Legco o Parlamento local,

UN «DÍA DE LUTO» / Un herido de bala en estado crítico, decenas de detenidos, gas lacrimógeno y barricadas en llamas son el balance del llamado «día de luto» en la excolonia británica. El herido de bala es un estudiante de 18 años, que recibió un disparo en la parte superior izquierda del pecho tras intenta golpear a un policía con una barra de hierro, según se recoge en un vídeo que circuló por las redes sociales.

La jornada estaba subrayada en rojo en el calendario desde que las protestas por la ley de extranjería empezaron cuatro meses atrás. El movimiento autodenominado prodemocrático había establecido ocho puntos de concentraciones e ignorado la prohibición para manifestarse. terior se exhibió una réplica gigante de la Ley Básica por la que se rige Hong Kong.