Lo que lo diputados no hicieron, lo han hecho los vetustos lores. LaCámara alta del Parlamento británico, cuya media de edad se acerca a los 70 años, ha sacado pecho en la tarde del miércoles para defender los derechos de los europeos que residen en el Reino Unido. La revuelta ha supuesto la primera derrota que sufreTheresa May sobre el ‘brexit’. Por 102 votos de diferencia, con 358 a favor frente a 256 en contra, ha quedado aprobada la enmienda9b, presentada por laboristas y liberales, y apoyada por independientes y algunos conservadores, exigiendo al Gobierno que garantice sin lugar a dudas el futuro de los ciudadanos de países miembros de la UE residentes en el país. El proyecto de leypara autorizar la activación del 'brexit’, que ya recibió luz verde el 8 de febrero por parte de los diputados, volverá ahora a la Cámara de los Comunes para que sus miembros consideren la enmienda.

El salón más elegante e imponente del Parlamento de Westminster, el de las grandes vidrieras de falso gótico, estaba en esta ocasión lleno a rebosar. Los conservadores no cuentan con mayoría en laCámara de los Lores y algunos de ellos han decidido olvidar la fidelidad al partido para defender un principio que consideran de pura justicia. Ha sido el caso del exministro tory Douglas Hogg, tercer vizconde de Hailsham, quien ha pedido al Gobierno que adopte “una posición altamente moral en esta campaña, asegurando (la situación) de millones que han hecho aquí su hogar, con la idea de seguir viviendo y trabajando aquí”. Hogg ha advertido que atacar los derechos de los residentes europeos puede acarrear una larga disputa legal. De esa opinión es también el barón Harry Woolf, el que fuera uno de los más altos magistrados del país. Para él también “se trata de una cuestión moral”, que es mejor resolver en el Parlamento en lugar de los tribunales.

EFECTOS EN LA SANIDAD PÚBLICA

El tiempo apremia a los afectados y la baronesa Dianne Hayter, del Partido Laborista, ha exigido que el Gobierno actúe de inmediato para acabar con la incertidumbre de los residentes europeos, “que necesitan saber ahora, no dentro de dos años, ni siquiera dentro de doce meses”, cuál será su situación. “Tienen que hacer planes para las escuelas de sus hijos, para cambiar de trabajo, para alquilar o comprar una casa. Muchos necesitan tratamiento médico y muchos más trabajan en la sanidad pública”. El laborista David Clark, barón de Windermere, ha recordado que la Sanidad Pública (NHS) está “amenazada por la falta de personal” y depende de lostrabajadores extranjeros: “El 10% de los médicos y el 5% de las enfermeras proceden de la UE”.

La Cámara de los Lores no tiene intención de detener el ‘brexit’. Pero los derechos de los más de tres millones de residentes en el Reino Unido procedentes de la Unión Europea protagonizan una de las disputas más controvertidas en torno a la estrategia del Gobierno. May repite que espera poder garantizar esos derechos de permanencia en el país, pero insiste en que no quiere hacerlo hasta que empiece la negociación. La primera ministra, con fama de inflexible y de ser incapaz de reconsiderar una decisión, cree que sería negativo para el Reino Unido actuar unilateralmente, ya que eso dejaría en el aire a los dos millones de británicos que viven en otros países de la UE.