Corremos el riesgo de llegar a una situación crítica en algunas de las regiones más afectadas, alertó el ministro de Sanidad, Oliver Véran, este miércoles durante su conferencia semanal sobre la evolución de la epidemia en Francia. París, donde la tasa de incidencia asciende a 204 casos por cada 100.000 habitantes, es ahora una zona de alerta reforzada. Marsella, donde la situación es extremadamente tensa, pasa a ser zona de alerta máxima. Las nuevas etiquetas vienen acompañadas de nuevas restricciones para frenar la circulación del virus.

París, pero también Burdeos, Lyon, Niza, Lille, Toulouse, Saint-Etienne, Rennes, Ruan, Grenoble y Montpellier, donde el virus circula muy rápidamente, incluso entre los más débiles y cuyo impacto afecta ya al sistema de salud, deberán aplicar a partir del sábado el nuevo paquete de medidas. Entre ellas, la prohibición de fiestas locales o estudiantiles y las reuniones de más de 1.000 personas. Los encuentros en los espacios públicos -playas, parques o jardines- deberán limitarse a un máximo de diez personas.

Bares y restaurantes en el punto de mira

La medida más controvertida es, sin duda, el nuevo horario de cierre de los bares. Tras una concertación entre las diferentes prefecturas y los diputados locales, cada región dictará horarios específicos si bien, según el ministro de Sanidad, todos los bares de las regiones afectadas deberán cerrar sus puertas antes de las 22.00 horas. La medida entrará en vigor el próximo lunes.

Con más del 30% de las plazas de reanimación ocupadas por pacientes de covid-19, y con una tasa de incidencia superior a 250 casos por cada 100.000 habitantes entre la población general y superior a 100 entre los ancianos, Marsella y Guadalupe reciben la etiqueta temporal -que no debería superar las dos semanas- de zona de alerta máxima.

Contrapartidas económicas

En sendas regiones, bares y restaurantes estarán obligados a cerrar sus puertas a partir del sábado. Los establecimientos destinados a recibir al público, teatros, cines o museos, también deberán echar el cierre salvo si disponen actualmente de un estricto protocolo sanitario. Ante las contrapartidas económicas ligadas al nuevo protocolo, el ministro de Sanidad aseguró que las empresas recibirán el apoyo del Gobierno.

Ante la preocupante evolución de la epidemia, Oliver Véran invitó a las residencias de jubilados a poner en marcha medidas de protección reforzadas, entre ellas la organización de visitas con horas preestablecidas y la vigilancia del respeto de los gestos barrera.

El teletrabajo, otra de las recomendaciones estrella del Ejecutivo, sigue formando parte de la estrategia sanitaria, especialmente para los trabajadores más vulnerables.