La solución para superar el bloqueo que vive el brexit sigue siendo un misterio y el punto muerto continúa, pero al menos la primera ministra británica, Theresa May, no regresó a Londres con las manos vacías. Del encuentro con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ayer en Bruselas, se llevó el compromiso de reactivar las conversaciones entre los dos equipos negociadores de Bruselas y Londres y una nueva fecha límite: finales de febrero.

«Pese a los desafíos, los dos líderes han acordado que sus respectivos equipos deberían mantener conversaciones para ver si se puede encontrar un camino que logre el apoyo más amplio posible en la Cámara británica y que respete las directrices acordadas por el Consejo Europeo», señalaron en un comunicado conjunto la Comisión Europea y el Gobierno británico.

En el texto califican las conversaciones de «firmes» y «constructivas». Juncker y May se comprometen a hacer balance de la situación antes de que termine febrero, en un nuevo encuentro.

Los equipos negociadores de la UE y del Reino Unido no se reunían desde el año pasado, cuando cerraron el acuerdo de retirada y la declaración política sobre la relación futura. Visto el bloqueo persistente en el Parlamento británico y que la fecha del 29 de marzo está ya a la vuelta de la esquina, en Bruselas quieren hacer un último intento para tratar de superar el bloqueo. Ambos equipos, liderados por Michel Barnier y Stephen Barcley se encontrarán de nuevo -será la primera vez para Barkley, que sustituyó a Dominic Raab- el próximo lunes en Estrasburgo, coincidiendo con la sesión plenaria de la Eurocámara.

VARIAS OPCIONES / Durante su encuentro, May explicó cuál es la situación política en el Parlamento británico y las motivaciones detrás de la petición de la Cámara de los comunes de lograr garantías legales sobre los términos en los que se aplicará la salvaguarda para evitar el regreso de una frontera física en Irlanda, el llamado backstop del que tanto reniegan los partidarios del brexit duro. Según el comunicado, la premier presentó «varias opciones» para resolver las preocupaciones de los diputados británicos sobre el acuerdo de divorcio.

Aunque no trascendió el contenido, la premier dejó claro que en Londres quieren modificaciones jurídicamente vinculantes sobre la salvaguarda irlandesa porque solo así logrará un apoyo mayoritario. «Con esos cambios en la salvaguarda irlandesa (…) lograremos una mayoría estable en el Parlamento y por eso es por lo que voy a seguir peleando», anunció May tras entrevistarse con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. La dirigente insistió también en que su objetivo es lograr el brexit a tiempo.

JARRO DE AGUA FRÍA / Sus demandas recibieron de nuevo un jarro de agua fría. Juncker reiteró que el acuerdo de retirada no se toca porque es un «compromiso equilibrado entre la UE y el Reino Unido» al que se ha llegado tras las concesiones de ambas partes. Aunque una vez más se mostró dispuesto a revisar y retocar la declaración política sobre la futura relación para mostrar una mayor ambición «en términos de contenido y velocidad», la misma oferta que lanzaron tras la decisión de la Cámara británica de tumbar el pacto.

Dicho de otra forma, retocar la declaración política -que al contrario que el acuerdo de retirada no es jurídicamente vinculante- para intentar convencer a los euroescépticos de que el futuro acuerdo comercial que está por negociar estará listo en el menor tiempo posible, cuando termine el período de transición, lo que haría innecesario aplicar la salvaguarda irlandesa. En todo caso, «todavía no hay avances a la vista», y «las discusiones continuarán», resumió Tusk.

Theresa May acudió a la sede de la Eurocámara para encontrarse con su presidente, Antonio Tajani, y el coordinador para el brexit, Guy Verhofstadt. Según este último, May les garantizó que no quiere destruir la salvaguarda para Irlanda. Él respondió que no podrán dar luz verde a ningún acuerdo que no cuente con una mayoría razonable.