El ‘Rusiagate’ entra en una nueva dimensión. El fiscal especial Robert Mueller está investigando si el presidente Donald Trump ha intentado obstruir la justicia, según ha revelado este miércoles The Washington Post, que cita fuentes anónimas oficiales. Las pesquisas, así, ya no tratan de determinar solosi la campaña de Trump se confabuló con Rusia mientras Moscú interfería en el proceso electoral estadounidense, sino que se elevan también para estudiar las acciones que el antiguo empresario inmobiliario ha tomado tras llegar al Despacho Oval.

La investigación de Trump, según las fuentes del rotativo, arrancó días después de que el presidente cesara a James Come como director del FBI por sorpresa el 9 de mayo. Aunque inicialmente se usó como razonamiento para ese cese un informe firmado por el número 2 del Departamento de Justicia acompañado por una carta del fiscal general en el que se acusaba a Comey de mala gestión en la investigación de los correos de Hillary Clinton durante la campaña y en una agencia supuestamente dividida, el propio Trump reconoció después que había tomado la decisión de despedirlo antes. También admitió que parte de su motivación era, según sus propias palabras, “la cosa rusa”.

Desde entonces se ha librado una batalla de versiones. La semana pasada, en un testimonio ante el Senado, Comey denunció “mentiras” en el razonamiento para su cese y apuntó a acciones impropias del presidente, que le habría pedido que “dejara pasar” la investigación de Michael Flynn, el asesor de seguridad nacional que tuvo que dimitir tras solo tres semanas en el cargo por mentir sobre el contenido de sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, Serguéi Kislyak. Trump, no obstante, dijo sentirse “totalmente vindicado”, pues Comey confirmó que le había informado en varias ocasiones de que no estaba siendo investigado.

Eso era entonces y ahora las cosas han cambiado, precisamente por el despido de Comey. Y según la información del diario capitalino, las entrevistas preliminares agendadas con altos cargos de la inteligencia apuntan a que Mueller, que busca testigos potenciales tanto dentro como fuera del gobierno, no ve las dudas sobre la obstrucción de la justicia como una mera cuestión de versiones enfrentadas.