Junto a los pasos hacia delante, la Unión Europea también ha protagonizado tropiezos importantes, especialmente en la última década en la que ha ido saltando de crisis en crisis. “El problema es que sigue habiendo 28 pueblos, 28 democracias, soberanía nacional” y que “para compartir necesitamos choques, en muchas ocasiones negativos”, opina Yves Bertoncini, director del Instituto Jacques Delors.

AUSTERIDAD Y PARO

Aunque el euro está considerado como uno de los mayores éxitos, el batacazo económico de 2008 -a raíz de la crisis de las hipotecas basura de Estados Unidos y la quiebra de Lehman brothers-terminó mutando en una crisis de deuda en la Eurozona debido, precisamente, a la falta de instrumentos y la debilidad de la arquitectura institucional con la que nació la unión económica y monetaria. Desde entonces, la UE ha intentado remendar la situación echando mano de unas dosis de austeridad y de una política de ajustes que se han llevado por delante años de crecimiento, han empujado a cinco países a pedir el rescate -Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre y España- y no han bastado para resolver los problemas de crecimiento ni garantizar la convergencia en el club.

POLÍTICA MIGRATORIA INEFICAZ

A la crisis económica le ha seguido otro tropiezo monumental: el de la gestión de la crisis de refugiados a raíz de la masiva llegada de inmigrantes del norte de Africa. El año pasado, las peticiones de asilo en la UE superaron los 1,2 millones. Muchos gobiernos se vieron desbordados pero pocos han cumplido con los compromisos asumidos al más alto nivel político para aliviar la situación de Grecia e Italia, la puerta de entrada para miles de refugiados. Es más, muchos no solo han seguido negándose a reubicar refugiados sino que han construido muros y vallas para cerrar a cal y canto sus fronteras, han endurecido sus legislaciones de asilo y han cerrado los ojos ante la deriva autoritaria de Turquía a cambio de un pacto como dique de contención frente a nuevas olas migratorias.

INESPERADO BREXIT

Pero la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea ha sido sin duda el mayor golpe político que ha recibido el proyecto desde su nacimiento. Nunca un Estado miembro ha abandonado el club. Hasta ahora la tendencia había sido sumar y sumar pero la decisión en referéndum de los británicos ha obligado a los líderes europeos a replantearse su futuro en común. “Es una crisis. Está claro que el hecho de que un país salga es la prueba de que el proyecto europeo no va bien pero es también la ocasión de relanzarlo”, valora Olivier Costa, director de estudios en elColegio de Brujas. “Han hecho algo extremadamente arriesgado pero muestra que la pertenencia a la UE no es un contrato y que aquellos que no están contentos pueden salir”, añade.

FALTA DE IDENTIDAD EUROPEA

La UE nació con un objetivo de unión pero 60 años después “el problema es que sigue habiendo 28 pueblos, 28 democracias nacionales y soberanía nacional”, lamenta Bertoncini que apunta a las últimas crisis, económica y migratoria, como origen del creciente euroescepticismo que recorre Europa. “El gran fracaso hasta ahora es que los europeos no pensamos como europeos sino que seguimos pensando de forma nacional”, opina también Karel Lannoo, director ejecutivo de CEPS sobre el fracaso de la identidad europea. “Queremos que los ciudadanos se conviertan en ciudadanos europeos pero los estados nación no solo no desaparecen sino que están más presentes que nunca”, añade Costa.