En medio de una granizada que paralizó Bogotá, las ex-FARC anunciaron la postulación como candidato a presidente del guerrillero que las comandaba: Rodrigo Londoño, alias 'Timochenko'. Las pantallas de la televisión de la capital colombiana se repartieron entre las imágenes de las súbitas riadas y las novedades de una insurgencia que abandonó las armas pero preservó sus siglas al convertirse en Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.

Las repercusiones en el ámbito político fueron inmediatas. La derecha recibió muy mal la noticia. 'Timochenko', que firmó el acuerdo de paz con Juan Manuel Santos el año pasado, estará acompañado de Imelda Daza como vicepresidenta. “Por mi condición de mujer y víctima, quiero dirigirme a la mujer colombiana, dadora de vida, constructora de paz. Las madres y abuelas de Colombia hemos dicho que no parimos hijos para la guerra. Representamos la mitad de la población pero además somos las mamas de la otra mitad. Asumamos esa condición de dadoras de vida para comprometernos a fondo con la defensa de este proceso”, dijo Daza, una reconocida activista que ha sido concejal en Suecia, donde estuvo exiliada hasta el 2015.

“¿Acierto o error?”, se preguntó el portal de la revista bogotana 'Semana' sobre el paso dado por el excomandante de las FARC. Iván Márquez y Pablo Catatumbo, dos de los negociadores de la guerrilla con las autoridades que permitieron poner fin al conflicto armado de más de medio siglo, se postularán al Senado. Las FARC dieron a conocer las candidaturas horas después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) avalara su participación en las legislativas de marzo del 2018 y las presidenciales, previstas para dos meses más tarde. Más allá de los resultados en los comicios, y en virtud de los acuerdos con el Gobierno, la exinsurgencia se ha garantizado además cinco escaños en el Senado y cinco en la Cámara de Diputados durante dos períodos consecutivos.

Lucha política legal

“Damos el paso a la lucha política legal en un contexto en el que las grandes mayorías del país esperan pasar definitivamente la página de la guerra con los acuerdos de paz”, dijo Márquez en un momento peculiar de la política de ese país. El flamante partido se mostró a su vez a favor de participar de una alianza más amplia que permita blindar el pacto suscrito en Cuba, constantemente impugnado por la derecha que encabeza el exmandatario Álvaro Uribe.

Según una reciente encuesta de Gallup, las FARC aparecen con una aprobación del 12% de los colombianos, dos puntos más que los partidos tradicionales. Por otro lado, un 70% de los consultados desaprueban la gestión de Santos. Márquez no hizo mención a ese sondeo pero consideró que se están gestando “los tiempos para hacer realidad las esperanzas de la gente común”. A su vez, reclamó al Congreso que “tenga la estatura histórica” para acelerar las leyes que permitan la implementación total del acuerdo de paz. Algunos puntos son de especial relevancia: la puesta en práctica de la Justicia Especial para la Paz (JEP) y la reforma rural integral.

Entre la aprobación y el rechazo

La exsenadora Piedad Córdoba celebró los anuncios realizados en una Bogotá anegada. “Celebro de corazón que cambien las armas por los votos”.

El expresidente Álvaro Uribe no perdió la oportunidad de criticar a la vez a Santos y las FARC y se opuso con vehemencia a la candidatura del excomandante guerrillero. “Enfrentaremos a los criminales de lesa humanidad y su desafío terrorista”, dijo, y añadió: “¡Qué tal que yo lo hubiera hecho con los paramilitares! Y en este país, cuando los paramilitares estaban en su salsa nadie hablaba de ellos. Hoy es muy fácil hablar mal de ellos porque fue un Gobierno, el que yo presidí, que los desmontó”. David Barguil, legislador del Partido Conservador, consideró que la habilitación a Timochenko para participar en las elecciones “parece una escena de realismo mágico”.