Un ataque suicida en la localidad de Manbij, en el norte de Siria, mató a al menos 16 personas, entre ellas cuatro soldados estadounidenses, tan solo unos días después del inicio de la retirada de las tropas de EEUU del país árabe, según confirmó una fuente oficial a Reuters. En el atentado también resultaron heridos tres militares americanos. Hasta ahora, solo dos soldados estadounidenses habían muerto por ataques terroristas en el país.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé con sede en Londres y activistas en territorio sirio, ha informado de que el atentado ha matado a al menos 16 personas y ha herido a 11.

El ataque, que ha tenido lugar cerca del restaurante Qasr al Umara, en una zona de mercado muy concurrida del centro de Manbij, tenía como objetivo a una patrulla de las fuerzas de la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que ha reivindicado la acción.

En un comunicado publicado por la agencia Amaq, afín a los yihadistas y cuya autenticidad no ha podido verificarse, el EI ha afirmado que se ha producido «un ataque suicida con un chaleco de explosivos contra una patrulla de la coalición internacional» en Manbij, en el noreste de la provincia de Alepo.

Según medios de comunicación árabes y kurdos, entre los muertos se encuentra un combatiente del Consejo Militar de Manbij, la milicia kurda que controla la localidad. Manbij ha estado en manos de combatientes respaldados por EEUU y aliados con la milicia kurda Unidad de Protección del Pueblo (YPG en sus siglas en kurdo), desde 2016, cuando los grupos kurdos arrebataron la localidad a los yihadistas. Manbij se encuentra cerca de áreas que están en poder de las fuerzas del Gobierno sirio respaldadas por Rusia y por combatientes anti-régimen de Damasco respaldados por Turquía.

El mes pasado, el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció por sorpresa la retirada de los 2.000 soldados que Washington desplegó en Siria al juzgar que se ha derrotado al EI. El anuncio afectó a los aliados de la región y a cargos destacados de la Administración Trump, como el exsecretario de Defensa, Jim Mattis, que dimitió al día siguiente.