La turista española fallecida este sábado en una explosión de gas en una panadería de París, Laura Sanz, era una mujer de 36 años que había ido a pasar el fin de semana a la capital francesa con su marido y que, aunque residía en Burguillos (Toledo), trabajaba como cajera en un supermercado de la capital toledana, donde era "muy querida" por los clientes por ser "muy amable y dispuesta". Tenía tres hijos, de 10, 5 y 3 años. Murió en el hospital al que fue trasladada, según indicó el Ministerio de Exteriores español.

"Era muy agradable y atenta", ha comentado a Efe una vecina del barrio de Santa Bárbara, donde se ubica el supermercado La Despensa donde la víctima trabajaba desde hace años y donde también se encuentra el colegio de educación infantil y primaria, Ciudad de Aquisgrán, donde estudian sus tres hijos. Esta mujer e ha declarado "conmocionada" por la noticia porque "era una chica que se hacía querer por su carácter afable y porque siempre estaba dispuesta a atenderte".

CONSTERNACIÓN

Ha señalado además que "la pena es aún mayor pensando que deja a tres niños huérfanos", ya que, además del supermercado, coincidía con ella en la entrada o salida del colegio al que también van sus hijos.

La trágica noticia ha causado consternación en la ciudad de Toledo, cuya alcaldesa, Milagros Tolón, ha afirmado en su cuenta personal de Twitter: "consternada por la terrible noticia que hemos recibido por el fallecimiento de una toledana en la explosión en el centro de París. He podido hablar con su marido y trasladarle como alcaldesa las condolencias de la ciudad de Toledo. Mi solidaridad y apoyo a sus familiares y amigos".

La red social Twitter ha sido la elegida también por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, para lamentar esta trágica noticia y expresar sus condolencias personales, "y también en nombre del Gobierno de Castilla-La Mancha, a sus familiares, amigos y allegados".