El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha anunciado este martes un nuevo "plan de derechos humanos en Turquía", del que ha explicado los puntos básicos pero del que no se saben aún muchos detalles.

Este plan, según ha explicado Erdogan, será mayormente una reforma judicial, en la que también se incluirá una "mayor protección de la libertad de expresión e información, más libertad para los periodistas, más libertad religiosa y de organización, además de una reforma del sistema de partidos políticos y de la ley electoral".

“Revisaremos la ley con el objetivo de garantizar la libertad de expresión, de asociación y de manifestación”, ha dicho Erdogan este martes, obviando, por ejemplo, las protestas que llevan ocurriendo en Turquía desde finales de diciembre de estudiantes universitarios, que claman en contra de la elección a dedo por parte del Gobierno del rector de la Universidad del Bósforo, la más prestigiosa del país.

Represión estudiantil

Todas las manifestaciones de los estudiantes, durante los últimos meses, han sido prohibidas; algunas de ellas, reprimidas duramente por la policía. Muchos estudiantes fueron calificados como terroristas por miembros del Gobierno y televisiones afines: cerca de una decena espera juicio en arresto domiciliario.

Pero la cosa no termina aquí: en los últimos años, en Turquía, criticar al presidente turco a través de las redes sociales les ha costado a varios miles de turcos la apertura de casos judiciales. Tan solo en 2019, 36.000 personas fueron investigadas por haber cometido, supuestamente, este delito; de ellas, 3.831 fueron condenadas.

Y aún hay más: en las últimas semanas, la policía ha multiplicado las detenciones de miembros del partido prokurdo HDP, el tercer mayor en representación parlamentaria en Turquía. Mientras sus miembros son enviados a la cárcel -su anterior líder, Selahattin Demirtas, lleva encarcelado más de cuatro años-, el socio de coalición de Erdogan pide la disolución del partido y cataloga a sus líderes, y a los demás líderes de los partidos de la oposición que tratan con el HDP, de terroristas o de colaboradores de terroristas.

Visados a la UE

Dentro de este "plan de derechos humanos" revelado por Erdogan este martes, también se incluirá, ha dicho el presidente turco, la liberalización de visados para ciudadanos turcos con destino a territorio Shengen y la UE. “Agilizaremos las negociaciones para conseguirlo”, ha prometido Erdogan, que también ha hablado de que el nuevo plan garantizará mayores libertades para las minorías no musulmanas de Turquía —griegos, armenios, judíos sefardís y asirios—.

El objetivo de este nuevo plan, ha explicado Erdogan, es preparar el terreno para una nueva Constitución turca, que se acabará, según prevé el gobierno, en 2023, año electoral y el centenario de la fundación de la República de Turquía. Sobre este nuevo plan, el analista del Think tank Carnegie Mark Pierini argumenta: “Harán falta muchas acciones, no palabras, para creerlo”.