El Ejército turco anunció ayer por la mañana que, tras dos días de preparación en la frontera, militares turcos habían entrado en Siria, en la provincia de Idlib. Turquía negoció con Rusia e Irán esta intervención, que tiene como objetivo «desescalar» el conflicto y que los kurdos sirios -apoyados por EEUU- no puedan llegar a la costa mediterránea. En Idlib, además, hay mucha presencia de grupos vinculados a Al Qaeda.

«Tenemos que ayudar a nuestros hermanos que llegaron a Idlib huyendo de Alepo -dijo Erdogan este pasado fin de semana, cuando anunció la inminencia de la operación-. Nunca permitiremos un pasillo del terror en nuestra frontera con Siria», afirmó el presidente turco, en referencia a las milicias kurdas sirias, las YPG. Estos grupos, que luchan contra el Estado Islámico (EI) y están apoyados por la aviación estadounidense, tienen en sus filas a miembros de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, un grupo considerado terrorista tanto por Turquía como EEUU y la Unión Europea. Aunque luchen contra los yihadistas, Turquía considera a las YPG como terroristas. Ankara ha bombardeado en varias ocasiones sus campamentos y arsenales: Erdogan teme su expansión.

Así, esta intervención turca en suelo sirio es una continuación de la que Turquía ya empezó en el verano del año pasado, la operación Escudo del Éufrates. En ella, el Ejército turco luchó tanto contra el EI como contra los kurdos sirios para garantizarse el control militar toda la frontera turco-siria.

«La operación está en marcha y continuará en el futuro. Para ello estamos colaborando con el Ejército Libre Sirio [la oposición armada al régimen de Bashar el Asad] y Rusia, que nos da soporte aéreo», dijo Erdogan el fin de semana: «Turquía dará seguridad en el interior de la provincia de Idleb y Rusia protegerá las zonas que la rodean».

Rusia -con Irán- ha apostado fuerte en Siria por la continuidad del régimen de Damasco, con el que Erdogan ha estado hasta ahora enfrentado. Erdogan, como sus socios occidentales, apoya a la oposición al régimen, pero sus buenas relaciones con Vladímir Putin, el presidente ruso, han cambiado su posición. Antes era enemigo acérrimo de Asad y ahora, aunque no se tratan, se toleran.

PRIMERAS BATALLAS / Durante la noche del domingo, de hecho, empezaron ya las hostilidades entre el Ejército turco y las milicias vinculadas a Al Qaeda. Según la agencia de noticias turca DHA, hubo disparos en la frontera entre yihadistas y soldados turcos cuando estos se disponían a pasar a Siria. En respuesta a ello, según esta agencia, tanques rusos dispararon sobre Idlib, donde se calcula que hay unos 10.000 militantes yihadistas desde que capturaran la ciudad en julio.

«Con esta operación, Turquía ha convencido al Ejército Libre Sirio de dejar de luchar contra Asad y centrarse solo en ir contra el Estado Islámico y Al Qaeda. Si finalmente Turquía consigue declarar el alto el fuego en Idlib, esto significará un alto el fuego entre la oposición y Asad. Turquía es la encargada de controlar al Ejército Libre y Rusia, al régimen», escribe en el periódico turco Hürriyet el analista turco Murat Yetkin, que reconoce que esta operación no es solo contra de Al Qaeda, sino también contra las aspiraciones de los kurdos sirios.

Erdogan teme su expansión y sus ansias de autonomía, que podrían servir de precedente para los kurdos de Turquía, que también desean, aunque no la independencia, sí más capacidad de autogestión. Es por este motivo que el presidente turco se ha mostrado muy agresivo con el referéndum de independencia que se celebró el pasado 25 de setiembre en el Kurdistán iraquí.

Ankara, antes aliada del Gobierno regional del Kurdistán iraquí, amenazó a su presidente, Mesoud Barzani, con represalias militares, económicas y políticas si no echa marcha atrás. «La celebración del referéndum fue una traición. Si queremos, Turquía puede hacer pasar hambre al Kurdistán iraquí, pero aún están a tiempo», avisó hace unas semanas Erdogan, que también amenazó con intervenir militarmente en Irak, concretamente en Kirkuk: en esta ciudad vive población turcomana, de habla y procedencia turca. Si su seguridad es amenazada, dijo Erdogan, Turquía mandará sus soldados.